Nuno Coelho, productor de cabras del Algarve, declaró a la agencia Lusa que, en 2022, la sequía y la falta de agua trajeron consigo un aumento de los costes con la compra de piensos para hacer frente a la falta de pastos y forrajes e "hizo que muchos productores redujeran el rebaño".
"En mi caso, tenía unos 120 animales y tuve que reducir el número de animales a la mitad aproximadamente. Ahora tengo unos 60", dijo, revelando que el año 2022 "fue negativo" para sus cuentas, al haber quedado "alrededor de un 35% por debajo" de los ingresos obtenidos en un año normal.
Nuno Coelho tiene su producción de cabras algarvias cabras algarvias en Alcoutimen el noreste del Algarve, una de las zonas más desertificadas y envejecidas del país, lo que hace que la actividad sea "más compleja", debido a la falta de mano de obra y la ausencia de estructuras como mataderos, por lo que el aumento de los costes amenaza la continuidad de las explotaciones caprinas autóctonas.
A pesar de que, en las últimas semanas, "los precios de los piensos han bajado un poco" y los productores reciben más por litro de leche (de unos 60 a 80 céntimos) y el kilo de carne (de cinco a siete euros), la elevada edad de los productores y la falta de un matadero en el Algarve dificultan el mantenimiento de la actividad.