El ejecutivo aprobó fijar el IMI en el límite mínimo del 0,3%, continuando con la aplicación del IMI familiar, introducido el año pasado, que permite una deducción fija de la cuota tributaria de entre 20 y 70 euros, en función del número de personas a cargo.
Todas las propuestas de política fiscal del Ayuntamiento para 2024 fueron aprobadas por unanimidad.
Para el concejal responsable de Contabilidad y Hacienda, Miguel Fonseca, mantener el IMI en el límite mínimo legal "es una medida social", en un contexto en el que el esfuerzo de las familias se ha incrementado, dada la "escalada" del Euribor que se ha reflejado en las cuotas de los créditos bancarios.
En cuanto al IMI, el Ayuntamiento de Coimbra prevé una reducción de hasta el 30% en el tipo aplicable al área clasificada como Patrimonio Mundial de la Humanidad y su respectiva zona de protección, y un incremento del triple en el caso de edificios urbanos que lleven más de un año desocupados.
El recargo municipal se mantendrá en el 1,45%, y la tasa municipal de derechos de paso también permanecerá sin cambios en el 0,25%.
Tampoco habrá cambios en la participación variable del municipio en el IRS, que se mantiene en el 5%.
"Estaríamos encantados de reducir la tasa variable, pero no será posible", dijo Miguel Fonseca, concejal elegido por la coalición Juntos Somos Coimbra (liderada por el PSD), señalando que esta participación variable representa un ingreso medio estimado de 15 millones de euros.
Para la concejala del PS Regina Bento, "esta es la política fiscal del Partido Socialista [que lideró el ejecutivo en las dos legislaturas anteriores]", mostrándose de acuerdo con "todo lo que se propone".
La concejala socialista señaló también que el alcalde de Coimbra, José Manuel Silva, como concejal de la oposición en la anterior legislatura, "no se cansó de proclamar" una reducción gradual de la política fiscal, que ahora no sigue.
El concejal electo por la CDU, Francisco Queirós, también consideró estar de acuerdo con la "política fiscal presentada" por el ejecutivo, destacando que "los ayuntamientos no hacen tortillas sin huevos", necesitando recursos "para funcionar".
Según José Manuel Silva, el mantenimiento de la política fiscal representa "un enorme esfuerzo de gestión rigurosa del ayuntamiento y de respeto a la difícil situación de muchas familias, ya que la elevada inflación tuvo un impacto muy negativo en el gasto público, que no va acompañado de ingresos".
El próximo año "va a ser un año particularmente exigente", destacó el alcalde de Coimbra.