El producto interior bruto creció un 0,2% en los tres primeros meses del año, según datos oficiales de la semana pasada, tras una contracción del 0,1% en el trimestre anterior.
Aunque mejor de lo esperado, el repunte fue acogido con poca algarabía, al estar impulsado en gran medida por el crecimiento demográfico debido a una inmigración sin precedentes.
En términos per cápita, el PIB cayó un 0,3% en el primer trimestre, la sexta caída consecutiva.