El sistema implica el registro digital previo de los datos personales y biométricos, mediante una solicitud, y el pago de una tasa de 10 libras (12 euros).
La autorización puede tardar hasta tres días y tendrá una validez de dos años, durante los cuales se podrán realizar múltiples visitas al Reino Unido de hasta seis meses de duración.
Tras una fase experimental con algunos países árabes que comenzó en 2023, el sistema se extenderá a todos los visitantes que no necesiten visado previo para estancias cortas.
Los visitantes de países no europeos como Estados Unidos, Brasil, Macao o Argentina podrán solicitarlo a partir del 27 de noviembre y necesitarán disponer de una Autorización Electrónica de Viaje (AET) desde el 8 de enero.
Los turistas europeos, incluidos los de Portugal, podrán solicitarla a partir del 5 de marzo, y será obligatoria para cualquiera que visite el Reino Unido a partir del 2 de abril de 2025.
Los británicos residentes en el extranjero, así como los extranjeros residentes en la República de Irlanda, están exentos por formar parte de una zona común de viaje con el Reino Unido.
La ETA podrá ser rechazada por antecedentes penales o riesgo, por ejemplo, de terrorismo.
El Ministerio del Interior británico señaló que esta medida forma parte del objetivo de digitalizar el sistema británico de fronteras e inmigración.
"La digitalización permite una experiencia fluida para los millones de personas que cruzan la frontera cada año", dijo la ministra del Interior, Seema Malhotra.
Este sistema no se aplica a los titulares de permisos de residencia, como los inscritos en el Plan de Asentamiento de la UE (EUSS) abierto tras el Brexit, los trabajadores con visado o los estudiantes.
El sistema británico es similar a los que utilizan países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda y al Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS) que la UE pretende tener en marcha en el primer semestre de 2025.