El estudio solicitado por la ex ministra Marta Temido, que supervisaba la cartera de Salud cuando la pandemia llegó a Portugal, en marzo de 2020, estima que entre ese momento y el 31 de diciembre de 2021 se produjeron 21.243 muertes en exceso, el 90% de las cuales ( 19.119) atribuibles al covid-19.

El trabajo del Instituto Nacional de Salud Doctor Ricardo Jorge(INSA), al que tuvo acceso Lusa, concluyó que la pandemia tuvo un impacto de muy alta intensidad en la mortalidad, principalmente debido a las muertes por covid-19, y que estos impactos no fueron iguales para toda la población, siendo más intensos en los grupos de mayor edad y en las personas con enfermedades crónicas.

"Esto refuerza la necesidad de dar prioridad a estos grupos de población en la preparación y respuesta a futuras pandemias, ya sea en la protección frente a la infección y sus complicaciones, o en la prevención y mitigación de los efectos secundarios de las medidas no farmacológicas", señala el estudio.

En declaraciones a Lusa, la investigadora Ana Paula Rodrigues, responsable de este trabajo, afirma que no es sorprendente que el Covid-19 fuera la principal causa de exceso de mortalidad en ese periodo, recordando: "era una infección nueva, ninguno de nosotros tenía inmunidad y todos corríamos un gran riesgo".

"Los datos se aproximan a las estadísticas oficiales, lo que valida el estudio e indica que Portugal tuvo capacidad, durante la mayor parte del período (...), para diagnosticar", añadió.

Para la investigadora, es normal que los más afectados fueran los ancianos, porque la edad es un factor de riesgo de Covid-19 y puede ser mortal en las personas mayores, además de la larga esperanza de vida de la población portuguesa, pero con el final de una vida vivida "con discapacidad y enfermedad".

"Son éstos, los más vulnerables, los que deben ser valorados y protegidos, pero también la mano de obra, porque de lo contrario no tendremos a nadie para responder a la pandemia", afirmó.