La "Red de Acción en Plaguicidas" (PAN), fundada en 1982, es una red de más de 600 organizaciones no gubernamentales, instituciones y personas de más de 60 países que busca minimizar los efectos negativos de los plaguicidas peligrosos y sustituirlos por alternativas respetuosas con el medio ambiente.
Según el documento, las manzanas y peras portuguesas ocupan el segundo lugar en el ranking de mayor proporción de frutas contaminadas en 2019. En el 85 por ciento de las peras portuguesas analizadas y en el 58 por ciento de todas las manzanas analizadas se encontró contaminación por pesticidas peligrosos.
La contaminación se duplica
A nivel de la UE, según el estudio, las tasas de contaminación tanto de las manzanas como de las peras se duplicaron con creces entre 2011 y 2019.
Los autores del análisis señalan que "ha habido un aumento dramático de la fruta vendida al público con residuos de los pesticidas más tóxicos que deberían haber sido prohibidos en Europa por razones de salud".
El estudio, según un comunicado de la organización, contradice las afirmaciones de la Comisión Europea de que los agricultores están utilizando menos pesticidas que están relacionados con el cáncer y otras enfermedades graves.
Analizando los datos de 2011 a 2019, el estudio indica que las frutas más contaminadas fueron las moras (51% de las muestras), seguidas de los melocotones (45%), las fresas (38%), las cerezas y los albaricoques (35%). En el mismo periodo de años, los países que produjeron la fruta más contaminada fueron, en orden descendente, Bélgica, Irlanda, Francia, Italia y Alemania.
"Una posición horrible"
Salomé Roynel, de PAN Europa, dijo que los consumidores se encuentran en una "posición horrible" porque se les aconseja comer fruta fresca, "gran parte de la cual está contaminada con los residuos de plaguicidas más tóxicos vinculados a graves impactos en la salud."
"Tenemos claro que los gobiernos no tienen intención de prohibir estos pesticidas, independientemente de lo que diga la ley. Tienen demasiado miedo del lobby agrícola, que se apoya en poderosos productos químicos y en un modelo agrícola obsoleto", añadió.