"2023 va a ser un año muy difícil. Nadie sabe cuán difícil. Depende de si la guerra dura mucho o dura poco, depende de si los efectos de la guerra siguen siendo muy altos o no, depende de si la inflación empieza a bajar o no, depende de la resolución de los problemas energéticos y del coste de la energía", dijo Marcelo Rebelo de Sousa, considerando que "todo el mundo es consciente de que será peor que 2022".
El jefe de Estado comentó, en Leiria, el informe con las previsiones económicas mundiales publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico(OCDE).
En el documento, la OCDE prevé que el crecimiento de la economía portuguesa se ralentizará del 6,7% este año al 1% en 2023 y al 1,2% en 2024, con una inflación del 8,3% en 2022, del 6,6% en 2023 y del 2,4% en 2024.
"Se espera que el crecimiento del PIB [Producto Interior Bruto] real disminuya del 6,7% en 2022 al 1% en 2023 y al 1,2% en 2024, con la invasión rusa de Ucrania, las interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de los precios de la energía y el incremento de los tipos de interés penalizando la actividad", reza el informe.
Marcelo Rebelo de Sousa dijo que había recibido recientemente al presidente de uno de los principales grupos de la industria automovilística, quien le comunicó que "las ventas de coches ya habían empezado a ralentizarse en América y Europa y que preveía que la situación económica en el primer semestre sería un problema".