Estudios anteriores se habían centrado en el impacto negativo de los videojuegos en los jóvenes, como la depresión o la agresividad. Sin embargo, el presente estudio analizó datos a mayor escala sobre el desarrollo cognitivo del cerebro adolescente en 2.217 niños, el Adolescent Brain Cognitive Development study (estudio ABCD), financiado por los Institutos de Salud de Estados Unidos (NIH).
Los investigadores revisaron las respuestas de los participantes, los resultados de las pruebas cognitivas y las imágenes cerebrales de unos 2.000 niños de entre 9 y 10 años, divididos en dos grupos: los que nunca juegan a videojuegos y los que lo hacen todos los días durante tres o más horas.
Esta fue la duración elegida porque supera la recomendación de la Academia Americana de Pediatría de una o dos horas de videojuegos al día para niños mayores.
Ambos grupos tenían que realizar las mismas dos tareas. En la primera, se mostraban flechas que apuntaban a la izquierda o a la derecha a los niños, que tenían que pulsar el botón correspondiente lo más rápido posible.
En la segunda tarea, se mostraba a los pequeños una primera cara y luego una segunda, tras lo cual tenían que decir si pertenecían a la misma persona, esta vez para poner a prueba su memoria de trabajo, una memoria a corto plazo.
Tras corregir algunos sesgos estadísticos relacionados, como los ingresos de los padres, el coeficiente intelectual y la salud mental, los investigadores descubrieron que los niños que jugaban a videojuegos obtenían sistemáticamente mejores resultados en las tareas.
Durante las pruebas, se observaron los cerebros de los niños mediante técnicas de imagen específicas. Los cerebros de los niños que jugaban a videojuegos mostraban más actividad en áreas asociadas con la atención y la memoria de trabajo. "Los resultados plantean la interesante posibilidad de que los videojuegos proporcionen una experiencia de aprendizaje cognitivo con efectos neurocognitivos mensurables", concluye el estudio.
Sin embargo, aún no es posible saber si un mejor rendimiento cognitivo se debe a jugar durante más horas, o si es el hecho de jugar durante más tiempo lo que mejora el rendimiento en los niños observados.
Por estas y otras respuestas, se espera que el estudio continúe, para poder recoger información y conclusiones más estructuradas cuando estos niños sean mayores. La continuidad del trabajo también se correlacionará con otras variables que pueden interferir en estos resultados preliminares, como el entorno familiar de los niños, la actividad física y la calidad del sueño.
El exceso de tiempo frente a la pantalla es obviamente malo para la salud mental y la actividad física, mencionan los investigadores, pero los resultados del estudio muestran que el tiempo dedicado a los videojuegos puede ser mejor que el mismo periodo de tiempo viendo vídeos en YouTube, por ejemplo, que no tiene efectos cognitivos detectables.