La vida musical de Jason comenzó a los seis años, cuando asistió a una boda en Brooklyn, donde creció. Había una banda de bodas tocando en el evento, y él quedó cautivado por el sonido que producían, tanto que cuando la banda se tomó un descanso se coló en el escenario y empezó a golpear la batería. Personas con aparente más autoridad que el niño empezaron a pedirle que se bajara del escenario, pero entonces el batería del grupo se dirigió a sus padres y les sugirió que le dieran clases de música.

Al principio quería una batería, pero sus padres la rechazaron por el ruido. Luego quiso una guitarra, pero también le rechazaron. Finalmente, consiguió convencerles para que le compraran un acordeón, que llevaba a las clases particulares. A los doce años ya escuchaba canciones de piano y rock and roll y empezó a aprender órgano y piano. A los trece, ya tocaba profesionalmente en bandas, haciendo actuaciones en fiestas, bailes escolares, hoteles y dondequiera que les llevaran durante el instituto.

Jason asistió a la Universidad de Indiana para estudiar música, pero decidió que la experiencia no era para él. Mientras tanto, el Columbia Record Club organizaba ventas para empleados en las que se vendían discos por un dólar, y Jason pudo colarse e ir a comprar música. El proceso se facilitó aún más cuando su novia, a la que acababa de conocer, empezó a trabajar en ese mismo club. Con ello, tuvo contacto con mucha más música, especialmente Jazz, ya que ese género era generalmente impopular entre el resto de los clientes de las ventas de los empleados.

Hacia 1974, los músicos neoyorquinos de su ciudad natal empezaron a interesarse por la música electrónica, por lo que Jason decidió volver a casa con el objetivo de triunfar en el sector.

Un viaje difícil

El viaje fue "increíblemente difícil", según Jason. "No hay atajos para triunfar". Estudió música electrónica, B-bop y clásica, sin querer hacer lo mismo que todo el mundo en aquella época. Durante ese tiempo, desarrolló sus habilidades con el sintetizador, y a lo largo de "4 ó 5 años" se convirtió en un nombre conocido en el campo de la nueva tecnología, convirtiéndose en una figura a la que acudía la gente que quería contratar a alguien que les montara sus sintetizadores.

Ocho años después de mudarse a Nueva York, la popularidad de los sintetizadores se disparó. De repente, todos los grandes productores querían sintetizadores en sus canciones, mientras los 80 rugían.

Jason opina que en Nueva York había "muchas más oportunidades para crecer", aunque reconoce que la calidad de los músicos era excelente y que era mucho más fácil llamar la atención de una gran discográfica, ya que el mercado estaba menos saturado. Aunque, técnicamente, no competía con los artistas de su entorno, ya que hacía "cosas que nadie sabía hacer" con su programación de sintetizadores, lo que le valió aparecer en producciones en las que normalmente no tendría la oportunidad de participar.

Su gran oportunidad

Su gran oportunidad le llegó en 1984, cuando su colega y amigo Kenny Kirkland le llamó un día para hablarle de un día de grabación al que iba a asistir y le dijo que necesitaban a alguien que hiciera algunos trabajos de sintetizador. Invitó a Jason a hacerlo, ofreciéndole 500 dólares, que era mucho dinero por aquel entonces. Fue entonces cuando saltó a la fama, se hizo conocido en toda la industria y trabajó con artistas de la talla de Whitney Houston y Michael Jackson.

Hoy en día, entrar en la industria es fácil gracias a la era de Internet, sin embargo, Jason cree que es más difícil tener éxito. "Hay demasiadas cosas ahí fuera, demasiados aficionados que se hacen pasar por profesionales", declaró a The Portugal News. "Hay una diferencia entre una buena voz y un buen cantante", explicó, destacando la presentación y la composición que conlleva ser músico. "Hay grandes intérpretes, pero no muchos grandes músicos".


Trasladarse a Portugal

En 2022, Jason y su mujer decidieron trasladarse a Portugal. Habiendo vivido en Lisboa durante 6 meses, explicó que el estilo de vida europeo y la gente se sentían más acogedores. "Cuando estuve de gira por Europa, me sorprendió la cantidad de gente que sabía quién era", un número mucho mayor que en Estados Unidos. Después de esa visita, decidió recorrer Europa por su cuenta y le fue bien, lo que le valió una crítica de 4 estrellas del Financial Times de Londres, una calificación muy prestigiosa. Cuando regresó a Estados Unidos, "a nadie le importó". Además, empezó a sentirse incómodo con la vida cotidiana en Estados Unidos, aludiendo a un aumento de la violencia, a menudo con armas de fuego, y de la intolerancia general. "La gente y su actitud no eran las mismas". Tras dejarse convencer un poco por unos amigos de Portugal, él y su mujer decidieron que había llegado el momento de arriesgarse. Por supuesto, entonces llegó la pandemia, pero la superaron, quedándose en el país ibérico un mes para celebrar su 50 aniversario. Vendieron la mayoría de sus obras de arte y muebles y dos tercios del estudio. "La mudanza fue difícil, pero nada iba a detenernos".

A Jason le gusta la tranquilidad de los portugueses, así como su deliciosa comida, en concreto el pescado y los pastéis de nata. También le gustan los paisajes del país, señalando "Sintra, Óbidos, Portalegre y Oporto" como lugares destacados, así como, obviamente, el clima. Hay más colas que en Estados Unidos, dice, pero esperar aquí es más agradable, ya que las colas están organizadas, no es un sálvese quien pueda. "Lo principal que se necesita en Portugal es paciencia".

De momento, Jason pretende actuar en pequeños eventos por todo el país, del orden de 50 invitados que paguen 5 euros cada uno. Tiene un espectáculo en directo, "The Extraordinary Journey of Jason Miles... A Musical Biography", donde comparte anécdotas de sus cinco décadas de carrera. Ha conocido a algunos artistas portugueses, como Rui Veloso, pero ha expresado su deseo de colaborar con más músicos locales. Internacionalmente, tiene próximas fechas de conciertos en Bruselas, Milán, París y Novi Sad (Serbia). "Puedes ir despacio, pero siempre tienes la sensación de que hay algo que hacer. Aquí, siento que la vida es suelta. Ahora mismo, todo gira en torno a la salud y la calidad de vida", concluye.


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Star in the 2015 music video for the hit single “Headlights” by German musician, DJ and record producer Robin Schulz featuring American singer-songwriter Ilsey. Also a journalist.

Jay Bodsworth