El vuelo salió de Lisboa el sábado por la mañana, pero terminó en Lisboa de nuevo, en las primeras horas del domingo - sólo para llegar al Aeropuerto Internacional de Lajes al final del día.
El retraso está justificado por TAP debido a las condiciones meteorológicas adversas y al empeoramiento inesperado a lo largo del día. En una aclaración enviada a Notícias ao Minuto, la compañía aérea garantiza que "hace todo lo posible para llevar a sus pasajeros a su destino y siempre con la máxima seguridad".
"Debido a las condiciones meteorológicas adversas en Terceira el sábado, el primer vuelo del día tuvo que regresar a Lisboa, desembarcando los pasajeros y ofreciéndoles una comida", reza la respuesta.
Posteriormente embarcaron en un segundo vuelo que, "también debido a las condiciones meteorológicas adversas que habían empeorado entretanto y de forma inesperada, tuvo que desviarse a Ponta Delgada".
El avión repostó entonces y hubo un periodo de espera, en un intento de mejorar la meteorología en el destino. De no ser así, "ese vuelo también regresó a Lisboa". En total, los pasajeros de este vuelo habrán pasado más de 15 horas en el avión para ir... a ninguna parte.
El domingo se dieron las mismas condiciones meteorológicas. Una intensa niebla impidió el aterrizaje en el aeropuerto de Lages.
El avión dio varias vueltas a la isla y acabó teniendo que desviarse hacia Ponta Delgada, en la isla de São Miguel.
Sólo más tarde, a primera hora de la tarde de este domingo, el avión aterrizaría en su destino.