Situada en la provincia oriental de Chu, los trabajos en la tumba comenzaron en 2019 porque, según los informes, era un objetivo habitual de los saqueadores, y las excavaciones han demostrado que se trata de la estructura funeraria más compleja de su época jamás descubierta en China.
Se encontraron más de 3.000 reliquias, entre ellas productos de madera lacada, vasijas de bronce, figurillas, fosos para carros y caballos y restos de sacrificios, además de una estera de bambú tejida que permitió a los científicos obtener un análisis de radiocarbono que mostró la antigüedad de la tumba.