"La tendencia, de hecho, es una evolución positiva, de disminución de la gravedad de la enfermedad en Portugal, como se esperaba, pero esta disminución es muy lenta", dijo el matemático a Lusa.
Como explicación de la situación, el investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa señaló que el porcentaje de personas ya infectadas en los distintos grupos de edad es muy heterogéneo.
"De los 20 a los 29 años, tenemos ya el 50% de la población que ha sido diagnosticada de Covid-19, mientras que por encima de los 60 sólo el 17%", explicó.
Esto significa que la población de más edad "estuvo poco expuesta al virus", lo que significa que todavía hay mucha susceptibilidad a la infección en este grupo de edad.
Preocupación
Por ello, defendió, "estos grupos de edad deben seguir preocupados por su protección individual porque siguen siendo susceptibles, a pesar de estar vacunados", sosteniendo que, si la eficacia de la vacuna contra la infección por el virus del SARS-CoV-2 es del 87%, hay un 13% de probabilidades de que la persona aún vacunada se infecte.
"Y si miramos la gravedad después de que una persona se infecte, vemos que siguen muriendo 14 personas por cada 1.000 casos por encima de los 80 años, es decir, si el número de casos aumenta en estos rangos, entonces tenemos un problema, que es el aumento de la letalidad", subrayó.
Para el investigador, los índices de riesgo deben interpretarse de forma "relativa" y "no se trata de pensar que si este índice nos dice que ya estamos por debajo del nivel de alerta, podemos descomprimirnos completamente y dejar de usar la mascarilla", defendió, y añadió: "Los índices de riesgo son un poco ciegos, hay que interpretarlos no a nivel de riesgo, sino de la evolución de ese riesgo".