"Es evidente que sólo usted y yo sabemos que aún no funcionan, pero la mayoría de la gente de Lisboa no lo sabe", dijo el presidente del Automóvel Club de Portugal (ACP), Carlos Barbosa, en declaraciones a la agencia Lusa.
El ACP está "totalmente de acuerdo" con la instalación de nuevos radares fijos en la ciudad de Lisboa, al igual que la Asociación de Ciudadanos Automóviles (ACA-M), que considera que la inversión en equipos llega tarde.
"La Asociación de Ciudadanos Auto-Mobilizados da la bienvenida a estos radares y esperamos que funcionen y que el tiempo para que la multa llegue a los infractores sea lo más corto posible, porque hay muchos estudios que señalan que cuanto más corto es el tiempo para la sanción del acto, mejor y más efectivo es el sistema", declaró Mário Alves, representante de ACA-M.
Además, según Mário Alves, aunque el exceso de velocidad es "una lacra en las ciudades portuguesas", el número de multas por millón de habitantes en otros países europeos es "unas 10 veces mayor" que en Portugal.
Los 41 nuevos radares de control de velocidad de los vehículos, 20 de ellos en nuevas ubicaciones y el resto para sustituir equipos antiguos, son el resultado de una inversión de 2.142 millones de euros del Ayuntamiento de Lisboa, realizada en la anterior legislatura, bajo la presidencia de Fernando Medina (PS).