En consonancia con la inflación prevista para el próximo año, el gobierno ha decidido aumentar los impuestos sobre las bebidas alcohólicas y los refrescos en un 4%. Sólo el vino se libra de la subida de impuestos.
En cuanto al tabaco, el impuesto sobre los cigarrillos con calefacción se disparará un 6% el próximo año, pasando de 0,182 euros por gramo a 0,193 euros. En cuanto a la cajetilla de tabaco normal, todavía no se entiende el aumento efectivo del impuesto, ya que el componente específico subió un 10%, de 102,01 euros por cada mil cigarrillos a 112,5 euros, pero el componente ad valorem bajó del 14% al 12%.
Según un informe de Dinheiro Vivo, el aumento del Impuesto sobre el Alcohol, Bebidas Alcohólicas y Bebidas Azucaradas (IABA) y del Impuesto sobre el Tabaco (IT) repercutirá naturalmente en un aumento de los precios para el consumidor final.
Varios sectores, especialmente en el ámbito de los refrescos y las bebidas alcohólicas, ya han impugnado el aumento de la presión fiscal. La Asociación Portuguesa de Bebidas Refrescantes sin Alcohol (PROBEB) señala que la actualización del IABA "representa la continuidad de un impuesto" que la asociación "considera injusto y discriminatorio", dijo a Dinheiro Vivo Francisco Furtado Mendonça, director general de la asociación.
Los cerveceros se quejan
En la misma línea, los cerveceros de Portugal lamentan la "insensibilidad" del Gobierno ante la importancia de un sector "basado en la cadena de valor nacional, que representa el 1,5% del PIB y más de 150.000 empleos directos e indirectos", subrayó Francisco Gírio, secretario general de la asociación. "La subida del 4% del IABA supone que las cervezas portuguesas pagarán casi 22 euros por hectolitro de impuesto, cuando en España se mantendrá en 10 euros por hectolitro", dijo a Dinheiro Vivo, destacando la "clara injusticia" frente a otros sectores que no pagan este impuesto especial, como el vino.
Por parte de las bebidas espirituosas, el sentimiento es también de descontento general. Para el secretario general de la Asociación Nacional de Empresas de Bebidas Espirituosas (ANEBE), João Vargas, "el aumento del 4% para la categoría de bebidas espirituosas no es racional", señalando que, en 2022, el sector tuvo "un año de recuperación económica después de la pandemia", impulsado por la "gran dinámica" del turismo, que permitió entregar al Estado, en agosto, un 36,1% más en impuestos en comparación con el mismo mes de 2021. Además, destacó que, en los seis primeros meses del año, el sector no tuvo ninguna subida de impuestos -el incremento del 1% no entró en vigor hasta el 1 de julio-, lo que "demuestra que es posible que el Estado recaude más sin aumentar el impuesto especial", argumentó.