El amuse-bouche comenzó con un plato tradicional portugués, el xerem, que consiste en gachas de trigo y maíz con sabores locales junto con hamburguesas de pulpo con ajo asado. La comida comenzó con una sopa de castañas y manzana marrón seguida de un huevo cocido a fuego lento con foie gras, ceps espumosos y crujiente de puerro.
El plato de pescado fue el tradicional plato navideño portugués de bacalao, en este caso, confitado servido con ensalada de judías negras y col rizada. El plato de carne consistió en ventresca de cochinillo con texturas de naranja, soufflé de patata y puré de habas. Siguió un limpiador de paladar de pepino, albahaca y espuma de cítricos antes del postre de torrijas, crema de vainilla y queso de cabra. Té y café con dulce pusieron fin a las celebraciones navideñas y al año gastronómico.
El encuentro, celebrado en el verdadero espíritu de la Chaine des Rotisseurs, reunió a profesionales y aficionados que comparten los mismos valores de calidad gastronómica y los placeres de la mesa.
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