La empresa ya opera en 18 países, entre ellos Francia, Reino Unido, Japón y Nueva Zelanda, y ahora se prepara para entrar en los supermercados de Portugal.

"La cuestión del desperdicio de alimentos en Portugal es muy preocupante", subraya el director general de WhyWaste en Brasil, responsable de la expansión de la startup a Portugal. "No depende sólo de cada portugués pensar cómo puede contribuir a reducir los 100 kilos de comida que desperdicia anualmente, sino también de los minoristas, que deben dar ejemplo", explica Ricardo Salazar a ECO/CapitalVerde.

El problema del desperdicio de alimentos no se limita a Portugal. Según ECO, se estima que sólo en la Unión Europea, en 2020, se desperdiciarán casi 57 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale a 130.000 millones de euros. Portugal, a pesar de no ocupar las posiciones de podio (reservadas a Alemania, Francia e Italia, respectivamente), produce un total de 1.800 millones de toneladas de alimentos desperdiciados.

WhyWaste aspira a firmar un contrato "con al menos un minorista alimentario portugués", al tiempo que abrirá una oficina en Lisboa que servirá para prestar "apoyo a los clientes locales, con una estructura dedicada principalmente a las ventas". Tras asentar la operación en Portugal, el objetivo es entrar en el mercado de los Países Africanos de Lengua Portuguesa (PALOP), misión que llevarán a cabo los 40 profesionales integrados en el equipo y repartidos en oficinas de cuatro países.


Optimizar los sistemas

"En Portugal, observamos que hay cierta adhesión a un sistema de monitorización digital, pero sin capacidad de aprendizaje. Nuestra propuesta de valor está aquí: vamos a utilizar el big data y la inteligencia artificial donde no se está utilizando, con el objetivo de optimizar los procesos", explica Ricardo Salazar.

Con una solución digital que monitoriza la vida útil de los productos, a través de una base de datos, en la que se introducen las fechas de caducidad de todos los alimentos, el sistema de inteligencia artificial identifica cuándo un producto está en una fecha crítica, teniendo en cuenta indicadores como la demanda y la estacionalidad.

"El objetivo es evaluar estas variables y ajustar el precio, resolviendo dos retos: convencer al cliente de que se trata de un buen precio, sin destruir el margen ni la imagen del minorista", añade Ricardo Salazar, refiriéndose a que se trata de "un trabajo continuo en el que hay una gran curva de aprendizaje, pero los resultados son casi inmediatos".

La entrada de WhyWaste en el mercado minorista portugués también aliviará unos márgenes netos que, en su opinión, son "cada vez más ajustados" y oscilan, de media, entre el 1 y el 4 por ciento.

"Dado que el desperdicio representa entre el 2 y el 3 por ciento de la facturación, reducir la pérdida de alimentos supone mejorar la rentabilidad del propio modelo de negocio de la distribución alimentaria y, en muchos casos, posibilitar el retorno financiero de la operación", apunta Ricardo Salazar.

Pero los impactos no se quedan ahí y, según el empresario, el servicio también sirve para optimizar la asignación de recursos humanos, permitiendo "reducir hasta en un 90 por ciento el tiempo dedicado por los empleados al seguimiento de los vencimientos". Como ejemplo, Ricardo Salazar cuenta a ECO/Capital Verde cómo en una tienda de Brasil, donde WhyWaste está presente, consiguió reducir las 12 horas dedicadas, de media, a la gestión de las fechas de caducidad a cerca de 1h10.