En declaraciones a la agencia Lusa en vísperas del Día Nacional de las Enfermedades Coronarias, que se celebra este martes, Manuel Carrageta, presidente de la fundación, asegura que "la política puede ser una forma de hacer salud a gran escala" y que la vía impositiva puede ayudar a moderar el consumo de sal.
"El objetivo de la OMS es de 5g/día de sal y estamos en torno a los 10g/día.Ya ha bajado un poco, sobre todo en el pan, pero hay que tomar más medidas", dice el presidente, subrayando: "El 70% de la sal que consumimos viene oculta en los alimentos, sobre todo en los procesados".
Y subraya: "Un paquete de guisantes frescos tiene una cantidad mínima de sal, alrededor de 1 mg de sodio, mientras que la misma cantidad de guisantes enlatados (...) tiene 200 mg de sodio".
También señala con el dedo a las patatas fritas envasadas, subrayando: "una patata mediana tiene 5 mg de sodio, pero la misma cantidad convertida en patatas fritas envasadas puede contener 1.500 mg de sodio, que es prácticamente la dosis máxima diaria que se debe ingerir".
"Para estos alimentos procesados que tienen mucho sodio, debería haber una medida impositiva moderada, porque el país está sumergido en impuestos y tasas, pero este sería un impuesto justo, con una intención positiva", dice el cardiólogo.
Dice que como cardiólogo le "impresiona ver a los niños comiendo alegremente paquetes de patatas fritas, con sus padres mirando" y advierte: "más adelante esto provocará hipertensión, cáncer de estómago y, más adelante, tendremos ictus [ accidentes cerebrovasculares], que son la principal causa de muerte en Portugal y están estrechamente relacionados con la hipertensión arterial asociada a la elevada ingesta de sal".
Reconociendo que las personas "no tienen noción" de la cantidad de sal que ingieren en algunos alimentos, sostiene que "el principal factor de riesgo es la ignorancia"."Es necesario combatir el analfabetismo en salud, que es la principal causa de muchas enfermedades".
Asegura que "todo es cuestión de hábito" y explica que trabajar con la industria también ayuda a desarrollar alimentos con menos sal, sin perder sabor.
"Si reducimos el contenido de sal de un alimento en un 25%, no notamos nada, porque las papilas gustativas sólo lo notan a partir del 30%.Por eso, con una reducción gradual de la sal, la gente ni se da cuenta.Al cabo de unos meses, ya están acostumbrados a ese nivel de sal y si comen un alimento idéntico pero con mayor contenido en sal, ya les parece salado", explica.
La alimentación inadecuada es una de las principales causas evitables de enfermedades crónicas, pérdida de calidad de vida y mortalidad prematura en Portugal.Se estima que, en los próximos años, la alimentación inadecuada puede superar al tabaco en el "ranking" de factores de riesgo modificables que más inciden en la carga de la enfermedad a nivel nacional.
Según datos de la Sociedad Portuguesa de Hipertensión, si cada persona consumiera menos de 2g de sal (0,8g de sodio) al día, la tasa de ictus se reduciría entre un 30 y un 40% en los próximos cinco años, es decir, habría una media de 11.000 casos menos de ictus al año en Portugal.