A pesar de ser un proceso largo y costoso, el CTI afirma que, una vez concluido el proceso de desactivación del aeropuerto, el lugar en el que se encuentra actualmente podría dar paso a una nueva zona urbana más verde.

Según el informe, citado por Público, en los 700.000 metros cuadrados de espacio podrían construirse viviendas (más de dos mil apartamentos), así como oficinas, comercios, alojamientos turísticos, un hotel y un centro comercial.

Esta posibilidad, en la que la comisión realizó un análisis económico-financiero y de coste-beneficio, muestra rentabilidad y permite la exploración del terreno tras la desactivación del aeropuerto.

Se estudian tres hipótesis: la renaturalización total del terreno (las 477 hectáreas convertidas en zona verde), la monetización exclusiva de la zona actualmente edificada (el 7% del total del terreno) y la monetización de una superficie edificable del 14,7%.

Esta última posibilidad sería la más rentable, afirma el CTI, al señalar un coste global de 342 millones de euros por la renaturalización de los terrenos, y un retorno de 510 millones de euros (netos) con las operaciones inmobiliarias y por la reutilización de los terrenos, lo que podría provocar un impacto financiero positivo de unos 168 millones de euros.

Con esta opción, el CTI tiene en cuenta que "los riesgos asociados a una operación de esta magnitud, podrían dar lugar a desviaciones, especialmente en los costes de descontaminación".

Esta opción convertiría 407 hectáreas en zonas verdes y más de 700 metros cuadrados pasarían a ser zona urbana, con una propuesta de división del espacio: más de la mitad para oficinas (55,5 por ciento), 39 por ciento para viviendas, 4,5 por ciento para un centro comercial y 1 por ciento para hoteles.