Según el Informe Anual 2022 - La situación del alcohol en el país, difundido por el Servicio de Intervención en Conductas Adictivas y Dependientes(SICAD), entre los jóvenes de 18 años, a pesar de la estabilidad de los consumos recientes y actuales, en 2022 aumentaron los consumos 'atracones' y borracheras, que alcanzaron los valores más altos desde 2015.
"Asimismo, la prevalencia de experimentar problemas relacionados con el consumo de alcohol fue muy superior en los dos últimos años en comparación con los años prepandémicos", señala el documento, que apunta a 4.538 ingresos hospitalarios con diagnóstico principal atribuible al alcohol, la mayoría de ellos relacionados con hepatopatía alcohólica (67%) y dependencia del alcohol (21%).
No obstante, se ha producido un pequeño descenso de estas hospitalizaciones respecto a 2021 (-4%), manteniéndose por debajo de los valores de 2018 y 2019 y representando el segundo valor más bajo del periodo 2017-2022.
Con los diagnósticos secundarios, las hospitalizaciones pasan a ser mucho mayores (40.465 en Portugal y 39.182 en Portugal Continental), aumentando las cifras de los dos últimos años y siendo las más altas desde 2017.
En 2022, en los registros del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses(INMLCF), de las 936 muertes positivas en alcohol y con información sobre la causa de la muerte, el 37% se atribuyeron a accidente, el 31% a muerte natural y el 13% a suicidio.
Con valores más residuales se situaron la intoxicación etílica (4%), el homicidio (2%), la intoxicación por exposición a otras sustancias (2%) y la sobredosis con sustancias ilícitas (1%).
El informe también señala un descenso (-15% respecto a 2021) de las muertes por intoxicación etílica (35), tras el aumento de 2021, quedando por debajo de los valores prepandémicos y siendo el segundo valor más bajo del periodo 2016- 22. Alrededor del 49% de estas muertes dieron positivo solo en alcohol y en el 29% se detectó alcohol y medicamentos.
De las 177 víctimas mortales de accidentes de tráfico que se encontraban bajo los efectos del alcohol, el 79% eran conductores, el 16% peatones y el 5% pasajeros. Más de tres de cada cuatro (78%) de estas víctimas tenían una tasa de alcoholemia igual o superior a 1,2 g/l (considerada delito).
Tras el aumento continuado de estas víctimas entre 2015 y 2019 y el descenso en 2020, relacionado con la pandemia, las cifras volvieron a subir en 2021 y 2022 (+20% respecto a 2021), alcanzando ya los niveles previos a la pandemia, señala el informe del SICAD, actual Instituto de Conductas Adictivas y Dependencias (ICAD).
En cuanto a los indicadores de problemas sociojurídicos, tras los descensos en 2020 debido a la pandemia, también se produjeron aumentos en 2021 y 2022, alcanzando la mayoría de ellos los valores más altos del quinquenio, señala el documento.
El mismo documento dice que persisten estrategias regulatorias "menos restrictivas para las bebidas alcohólicas que para otros productos similares desde el punto de vista de la salud pública", lo que está en línea con estudios que muestran que Portugal "es un país con bajo control en relación al alcohol y donde también dominan actitudes favorables a políticas de 'laissez faire'".
"Esto puede explicar, en parte, que a pesar de las medidas legislativas más restrictivas en 2013 y 2015, la percepción de los jóvenes sobre la facilidad de acceso a las bebidas alcohólicas no mejoró entre 2015 y 2019 y que un número significativo de menores sigue comprando bebidas alcohólicas. alcohólicas, a pesar de estar prohibido por la ley", añade.
En junio del año pasado, la V Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población General 2022 ya indicaba un aumento de la prevalencia de consumo de alcohol entre 2017 y 2022 (del 49,1% al 56,4%).