Según la DGS, la transmisión de la infección muestra "una tendencia creciente", con 26 casos por 100.000 habitantes a 30 de junio, cifra que superó el pico registrado en invierno (12 casos por 100.000 habitantes), pero inferior al pico de incidencia del pasado verano (42 casos).

"La mortalidad específica por Covid-19 correspondió a 15 defunciones por 14 días por millón de habitantes, habiendo superado los valores máximos obtenidos en el último invierno y verano, respectivamente 10 y 13 defunciones por 14 días por millón de habitantes".

La DGS subraya que "todos los valores" son inferiores al umbral de 20 muertes por 14 días por millón de habitantes establecido por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).

Alrededor del 70% de las muertes se produjeron en personas de 80 años o más, y la región con mayor tasa de mortalidad fue el Algarve, que mantiene una tendencia creciente.

Según la DGS, cerca del 44% de los pacientes fallecidos no tenían constancia de vacunación estacional en la última temporada, y entre los ocho fallecidos menores de 60 años, seis no tenían constancia de vacunación estacional en la última temporada a pesar de tener indicación para ello, dadas las diversas que presentaban.

"También se observa una tendencia creciente en la proporción de episodios de urgencia por Covid-19 en todas las regiones y grupos de edad, siendo más evidente el crecimiento en los grupos de mayor edad", señala la autoridad sanitaria.

A pesar de que la situación epidemiológica actual tiene "un impacto limitado en la demanda de servicios sanitarios y en la mortalidad general", la DGS refuerza "la importancia de adaptar las medidas de protección frente a la enfermedad, contribuyendo a reducir la transmisión a terceros", explicando que, "dada la tendencia de crecimiento observada, asociada a los periodos de calor de los próximos días, es posible que se observe un periodo de exceso de mortalidad".

Según la autoridad sanitaria, este aumento coincide con el aumento de la prevalencia de un descendiente de la variante JN.1, el sublinaje KP.3, que se detectó en el 51,3% de las muestras en mayo, y que recientemente fue clasificado como variante bajo vigilancia por el ECDC.

"El ECDC considera poco probable que estas nuevas mutaciones estén asociadas a un aumento de la gravedad de la infección o a una reducción de la eficacia de la vacuna contra la enfermedad grave, en comparación con las variantes BA.2.86 anteriormente en circulación. Sin embargo, las personas de edad avanzada, las que padecen enfermedades subyacentes o las no infectadas previamente pueden desarrollar síntomas graves si se infectan".

La DGS recomienda a todas las personas que presenten síntomas de infección respiratoria (tos, fiebre, dolor de cabeza, dificultad para respirar) que lleven mascarilla, mantengan distancias físicas y eviten los entornos cerrados o concurridos.