Las autoridades españolas garantizan que no habrá "ningún impacto" en Portugal por la construcción del nuevo almacén temporal individual (ATI), que se ubicará junto al río Tajo y a unos 100 km en línea recta de la frontera.
Sin embargo, la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente (APA) afirma que, tras evaluar la documentación inicial, ha considerado que "el proyecto podría tener efectos ambientales significativos en el territorio nacional", por lo que ha solicitado participar en el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)".
Los elementos enviados por las autoridades españolas están disponibles para consulta pública hasta el 12 de septiembre en el portal Participa(https://www.participa.pt ).
El documento enviado por las autoridades españolas explica que los residuos altamente radiactivos (RAA) generados por la central nuclear se almacenan en piscinas de combustible gastado.
El Gobierno español tiene previsto el desmantelamiento de las centrales nucleares para 2035, pero para poder desmantelar la central es necesario construir un nuevo almacén temporal para albergar el combustible gastado (CG), los RAA y los residuos especiales (RE), que se "producen durante todo el periodo de explotación de la central (que no pueden almacenarse en el actual ATI) y los residuos radiactivos (RR) que puedan producirse durante su desmantelamiento".
Garantías
El Gobierno español garantiza que este proyecto ya ha sido sometido a una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) y cuenta con una "declaración ambiental estratégica favorable".
"HF, HRW y SW se almacenarán inicialmente en las piscinas de la central nuclear y en un ATI, seguido de un almacenamiento intermedio", proceso que finalizará con "el almacenamiento definitivo en un Depósito Geológico Profundo (AGP)", señala el documento al que ha tenido acceso Lusa.
La declaración ambiental estratégica recoge las medidas que se aplicarán en la construcción del nuevo almacén, asegurando que, si se cumplen, "no se esperan impactos ambientales adversos significativos".
Asimismo, "no se han identificado impactos ambientales transfronterizos significativos" durante la fase operativa del nuevo almacén.
"No hay impacto del proyecto en Portugal", y todos los posibles efectos transfronterizos "no radiológicos" identificados se evalúan como "no significativos".
Las autoridades españolas garantizan que la vegetación y la fauna no se verán afectadas negativamente por la construcción y el funcionamiento del nuevo almacén, ni habrá cambios en la disponibilidad de agua como recurso natural ni contaminación de las aguas superficiales.
El impacto sobre zonas pertenecientes a la Red Natura 2000 debido al consumo de agua o la producción de efluentes tampoco se verá afectado por la construcción y funcionamiento del nuevo edificio.
El único efecto potencial "radiológico" transfronterizo identificado es la "radiación externa de los trabajadores y del público en las proximidades", pero también se describe como "completamente insignificante" para Portugal.
Los estudios españoles indican que las tasas de dosis generadas por el nuevo almacenamiento "disminuyen rápidamente con la distancia y a un kilómetro de distancia la tasa de dosis generada por ATI 100 representa una fracción muy pequeña del fondo natural".
"Dado que la distancia mínima en línea recta (...) a Portugal es de 100 km, el impacto radiológico de ATI 100 en Portugal es completamente insignificante", reza el documento.