El Flow Country abarca unos 4.000 kilómetros cuadrados y alberga un ecosistema complejo y frágil que almacena unos 400 millones de toneladas de carbono, más que todos los bosques y arboledas del Reino Unido juntos.
Se prevé que el estatus de Patrimonio de la Humanidad contribuya a hacer realidad una amplia gama de beneficios ambientales, sociales, culturales y económicos para el norte de Escocia, entre ellos la creación de competencias y oportunidades de empleo en la restauración y conservación del paisaje, el crecimiento del turismo sostenible y la hostelería, y el potencial de valor añadido de los nuevos modelos de financiación verde para atraer inversiones mundiales a la zona.