El proyecto, que se instalará en la zona industrial de Casal da Lebre, ayudará a las empresas, sobre todo del sector del vidrio que consumen grandes cantidades de gas natural, a sustituir este combustible fósil por hidrógeno verde que se producirá en Marinha Grande, en el distrito de Leiria.
"Tenemos previsto construir una planta de producción de hidrógeno verde y suministrar hidrógeno verde a través de la tubería a las industrias del parque industrial de Marinha Grande, que son las tres industrias del vidrio y, eventualmente, la industria del cemento que está fuera de este parque industrial pero está en el ciclo de Leiria", explicó a Lusa João Rosa Santos, director comercial de Rega Energy.
Explicó que "la conducción de hidrógeno irá a cada una de estas unidades industriales" a través de tuberías idénticas a las de gas, sin impacto ambiental, en una distancia de unos 12 kilómetros.
João Rosa Santos añadió que ya se ha realizado el estudio de impacto ambiental y se ha presentado a la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente, que tendrá que pronunciarse, pero "no se ha detectado ningún impacto negativo".
Admitiendo que la reducción de CO2 será "sólo una pequeña parte" porque las empresas seguirán consumiendo gas natural fósil, el directivo destaca la importancia de verificar siempre la reducción de gases de efecto invernadero.
La construcción de la fábrica para la producción de hidrógeno verde no requerirá la instalación de paneles solares, ya que una normativa europea "permite conectar este tipo de instalaciones a los parques de producción de energía solar fotovoltaica y eólica renovable existentes antes de 2028".
Así, la producción de hidrógeno verde utiliza fuentes renovables y electricidad, y el agua utilizada "procede de la depuradora del propio polígono industrial", que posteriormente es tratada.
"Lo que estamos haciendo es negociar con los propietarios de los parques solares y eólicos existentes y comprarles la energía", añadió.
João Rosa Santos no oculta que el hidrógeno verde es "una energía cara", más que el gas natural, "que es más barato porque cada vez hay más yacimientos de gas natural fósil en el mundo, lo que reduce su precio".
"Pero la transición energética tiene un coste. Es un camino que evidentemente requiere una gran inversión por parte de las empresas, que están absolutamente comprometidas en sustituir progresivamente su consumo de combustibles fósiles por energía verde", ha reforzado el responsable comercial.
También afirmó que "existe una presión regulatoria para alcanzar objetivos de descarbonización muy exigentes en 2030, 2040 y 2050, en la senda del carbono cero", so pena de ser penalizados con el pago de licencias de emisión de CO2.
João Rosa Santos también consideró que este "ecosistema es favorable para que [las empresas] tengan todas las condiciones para seguir desarrollando su producción", porque esta transición es "un gran impulsor y fijador de los empleos existentes y, sobre todo, de la atracción de inversiones extranjeras, que quieren instalarse en la región".
El objetivo de Rega Energy es estar "suministrando la primera molécula" en Marinha Grande en 2027.