Se trata de la primera huelga que se espera se extienda a otros aeropuertos europeos, ya que los organizadores afirman que sus quejas son compartidas en toda Europa, según Publituris.
Como consecuencia, las compañías aéreas han cancelado todos los vuelos en Bruselas para ese día, ante la alta probabilidad de una huelga total.
Los sindicatos protestan porque dicen que los aeropuertos están en una carrera a la baja y enumeran los problemas comunes al sector: alta presión sobre el personal para que trabaje más; mal mantenimiento de los equipos aeroportuarios, que en algunos casos dificulta las condiciones de trabajo; falta de transporte público o aumento de los precios para llegar al aeropuerto y falta de aparcamiento para los trabajadores; falta de servicios para los empleados de los aeropuertos; y falta de negociaciones con los empresarios, a pesar de las quejas de los sindicatos.
Los sindicatos se quejan de que, además de este deterioro de las condiciones de trabajo, los beneficios de la Brussels Airport Company aumentan, lo que constituye otra queja importante.