En la ceremonia promovida por la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), en colaboración con el Sindicato de Futbolistas Profesionales (SJPF) y la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol (ANTF), estuvo presente el Primer Ministro Luís Montenegro, junto al presidente de la FPF, Fernando Gomes, que destacó al capitán de la selección lusa como embajador de la excelencia para Portugal.

"El trofeo más prestigioso del mundo es el premio de platino y si hay un embajador portugués que lo merezca es, sin ninguna duda, Cristiano Ronaldo. Lleva más de 20 años al servicio de la selección portuguesa. Si hay una persona que ha demostrado amor por representar a la selección portuguesa, ése es Cristiano Ronaldo. Un embajador de excelencia que siente su camiseta y siente Portugal", explicó en el auditorio del Centro Cultural de Belém, en Lisboa.

El delantero del Al Nassr saudí, de 39 años, subió al escenario y recordó su trayectoria desde que ganó su primera internacionalidad, a los 18 años, hasta alcanzar las 200 internacionalidades.

"Estoy orgulloso de recibir este trofeo. Lo veo como un comienzo. Gracias a la FPF por este premio, un largo camino que he recorrido con mucho trabajo. A los 18 años, mi sueño era ser internacional por primera vez. Fui a los 25, a los 50 y ¿por qué no a los 100? Un número redondo, de tres cifras, y luego empecé a pensar en 150, 200 y es una gran sensación", dijo Ronaldo, que actualmente suma 216 partidos y 133 goles con la selección.

A continuación, elogió a Portugal, "un gran país, independientemente de su tamaño".

"Lo tenemos todo: estadios, entrenadores magníficos, potencial en estos jugadores y las estrellas que tenemos. No sólo en el fútbol, sino en otros deportes. Fernando Gomes es el mejor presidente que hemos tenido", concluyó.

La gala comenzó con un homenaje al ex internacional Pepe, que puso fin a su carrera en agosto, tras su periplo con la selección (141 internacionalidades) y en el FC Porto, al que capitaneó durante muchos años.

"[Portugal] cambió mi vida. Siempre intenté hacerlo lo mejor posible y traté de corresponder a todo el cariño de la gente. Pude honrar los principios de Portugal, un pueblo humilde y trabajador. No fui tan perfecto, pero lo hice con el corazón y con todas las fuerzas que tenía", afirmó.