De hecho, es un síntoma/signo que puede tener múltiples etiologías diferentes, todas ellas con un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes.

Los pequeños gestos cotidianos, como la socialización con la familia y los amigos, el ejercicio físico e incluso la actividad sexual se ven fuertemente inhibidos por el impacto de la incontinencia urinaria.

La prevalencia de la IU es en gran parte desconocida, motivada por la gran dificultad que tienen los pacientes para admitir el problema a su médico. Se estima que en Portugal, aproximadamente 600 mil pacientes de diferentes grupos de edad sufren de IU. Entre los 45-65 años, la proporción de casos de IU es de 3 mujeres por cada hombre y el 50% de las personas en residencias de ancianos sufren algún tipo de incontinencia.

La lista de enfermedades que causan IU es larga y el primer gran mensaje es darse cuenta de que el paso más importante es el diagnóstico correcto. El mejor tratamiento del mundo no sirve de nada si la enfermedad está mal diagnosticada. A pesar de las múltiples posibilidades, en las mujeres hay dos grandes grupos etiológicos: La IU de esfuerzo y la IU de urgencia.

La IU de esfuerzo es una consecuencia del debilitamiento de los músculos perineales que sostienen la vejiga y la uretra. Esta debilidad hace que en situaciones de mayor presión abdominal, como toser, estornudar, correr o cargar pesos, el cuerpo no pueda contener la orina. El tratamiento consiste principalmente en cambios en el estilo de vida que pueden tener un importante impacto positivo, como la pérdida de peso o los programas de fortalecimiento de la musculatura pélvica (ejercicios de Kegel o biofeedback). Posteriormente, el tratamiento preferido es la cirugía, con el objetivo de aumentar el soporte pélvico de la uretra y la vejiga, que consiste en la colocación de una malla. Este tratamiento tiene una alta tasa de éxito, en torno al 90%, cuando los pacientes son evaluados cuidadosamente por el urólogo en una consulta externa.

La IU de urgencia, como su nombre indica, es el resultado de una necesidad repentina e incontrolable de orinar y tiene un origen completamente diferente; se produce cuando se altera el control cerebral de la vejiga, provocando contracciones involuntarias de la misma. Varias enfermedades neurológicas, la diabetes mellitus e incluso el envejecimiento normal pueden contribuir a la necesidad repentina de orinar, asociada posteriormente a pérdidas de orina.

El tratamiento de elección de la IU urgente es la medicación para inhibir las contracciones involuntarias de la vejiga. Existen múltiples posibilidades terapéuticas y, si no funcionan, siempre se puede optar por métodos más invasivos (ya sea la inyección intravesical de Botox® o la neuromodulación). Se estima que sólo el 10% de los pacientes con esta patología están medicados, lo que pone de manifiesto la necesidad de mejorar la capacidad de diagnóstico y el acceso al tratamiento.

En la actualidad, existe una larga lista de factores de riesgo para la IU, y la mejor estrategia para evitarla es adoptar conductas que minimicen o eviten estos factores de riesgo. Los largos periodos sin orinar, muy frecuentes cuando el paciente está fuera de casa, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, entre otros, contribuyen negativamente a la aparición de esta enfermedad. Además, es muy importante el correcto control de las enfermedades crónicas, como la Diabetes Mellitus, la Bronquitis Crónica y las patologías degenerativas.

El mensaje final es, sin duda, buscar ayuda y comunicar el caso a su médico. Un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado mejorarán significativamente su calidad de vida.

Prof. Dr. Tiago S Rodrigues

Urólogo

HPA Grupo

+351282 420 400