Miguel Albuquerque visitó el campo, propiedad de la región, pero en régimen de concesión, que ha adoptado un proyecto que incluye la sustitución total del antiguo sistema de riego, por otro mucho más eficiente, que permitirá ahorrar agua.
"Lo que estaba en la ecuación era que consiguiéramos una mayor autosostenibilidad hídrica para el club sin perjudicar a los regantes y al agua que necesitan nuestros agricultores", destacó el jefe del Ejecutivo madeirense.
El funcionario destacó que el proyecto surgió de una sugerencia de la secretaria regional de Medio Ambiente de Madeira, Susana Prada, en el sentido de crear un sistema que aprovechase el agua de lluvia y la condensación de la niebla (en altitud).
"Ahora esa agua se aprovecha y se canaliza y permite una autosostenibilidad mucho mayor desde el punto de vista del riego del club", destacó Albuquerque.
Según Miguel Albuquerque, "en este momento, se trata de un sistema pionero a nivel nacional" que contribuirá a "acabar con el drama portugués de que el golf se quede sin agua".
Añadió que también será una ventaja en términos de protección civil, porque en caso de incendio, el helicóptero podrá repostar en la laguna para luchar contra el fuego.
Las obras de recalificación del campo de golf se adjudicaron en 2020, pero no comenzaron hasta enero de 2021, lo que supone un coste total de 2,5 millones de euros, dice la nota distribuida por la presidencia del Gobierno de Madeira.
Además, con el apoyo de Aguas e Resídos da Madeira (ARM) "se instaló un sistema de captación de agua de lluvia en altura a través de los estanques existentes, y un nuevo depósito de agua".
El campo de golf Santo da Serra tiene ahora una capacidad de reserva de 40 mil metros cúbicos de agua, gracias a sus cuatro lagunas y dos embalses, y el nuevo sistema de riego ha reducido el consumo de agua en dos tercios.
"La idea del Gobierno Regional es tener buenos campos de golf, gestionados por gente que sabe lo que hace, ahorrando dinero a los contribuyentes", subrayó Miguel Albuquerque.
El funcionario insistió en que "el papel de Madeira es seguir creando un gran atractivo de golf", apostando por los cuatro campos implantados para presentar una "oferta diversa" de actividades, teniendo en cuenta el número de golfistas en Europa.