Como consecuencia del cambio climático, el alga, que se localiza principalmente en el centro del Atlántico Norte, en el Mar de los Sargazos, se ha extendido a otras regiones como Madeira, las Azores y las Islas Canarias.
Según la Secretaría Regional de Economía, Mar y Pesca, el grupo de investigadores coordinado por Marco Lobato, del Servicio Regional de Protección Civil, "continuará el trabajo que ya se está realizando sobre el terreno, a saber, analizar el impacto del brote de sargazo que se ha producido recientemente en los mares de Madeira y Porto Santo y que ha alcanzado prácticamente todas las localidades a lo largo del mar". La Secretaría también afirmó en un comunicado que "en este momento, y dada la dimensión del fenómeno, el Gobierno Regional de Madeira está aplicando una estrategia conjunta, en la que también participan los archipiélagos de las Azores y Canarias, para combatir estas apariciones de sargazo en los mares y playas de las regiones de la Macaronesia".
La secretaría aclara que se está llevando a cabo una evaluación para determinar el potencial bioactivo de los extractos de ciertas algas como antioxidantes para su uso en las industrias alimentaria y cosmética. Por otra parte, el sargazo también puede aprovecharse de forma inmediata mezclándolo con el suelo agrícola y utilizándolo como fertilizante natural: "Hay dos aspectos esenciales que ya se están abordando y poniendo en práctica, a saber, la responsabilidad compartida de la recogida [del sargazo] entre los departamentos de la administración pública regional y los municipios, y la definición del destino final, que debe pasar preferentemente por su recuperación."