El nacimiento de Vincent está rodeado de leyendas. Se dice que un fraile dominico le dijo en sueños a su padre que su hijo sería famoso en todo el mundo. Se dice que su madre nunca sintió dolor al darle a luz. Le pusieron el nombre de Vicente Mártir, patrón de Valencia. Ayunaba los miércoles y los viernes y repartía limosna a los pobres. Comenzó sus estudios clásicos a los ocho años y los de teología y filosofía a los catorce. Cuatro años más tarde, a los dieciocho, Ferrer ingresó en la Orden de Predicadores, comúnmente llamada Orden Dominicana (en Inglaterra también conocidos como "Black Friars" por la capa negra que llevan sobre sus hábitos blancos). Sin embargo, nada más entrar en el noviciado de la Orden, experimentó tentaciones que le instaban a abandonarlo, pero logró completar el año de prueba y pasar a la profesión.


Durante tres años leyó exclusivamente la Sagrada Escritura y acabó memorizándola. Publicó un tratado sobre Suposiciones dialécticas tras su profesión solemne, y en 1379 fue ordenado sacerdote católico en Barcelona. Con el tiempo se convirtió en maestro de Sagrada Teología y fue comisionado por la Orden para dar conferencias sobre filosofía. Fue enviado a Barcelona y finalmente a la Universidad de Lérida, donde se doctoró en Teología.


Vicente Ferrer es descrito como un hombre de mediana estatura, frente alta y rasgos muy definidos. Tenía el pelo rubio y tonsurado. Sus ojos eran muy oscuros y expresivos. Su voz era fuerte y potente, a veces suave, resonante y vibrante.


Vicente y su hermano Bonifacio, general de los cartujos, fueron leales a Benedicto XIII, conocido comúnmente como "Papa Luna" en Castilla y Aragón[7]. Trabajó para Benedicto XIII como penitenciario apostólico y Maestro del Sacro Palacio. No obstante, Vicente trabajó para que Benedicto XIII pusiera fin al cisma. Cuando Benedicto XIII no dimitió como estaba previsto ni en el Concilio de Pisa (1409) ni en el Concilio de Constanza (1414-1418), perdió el apoyo del rey francés y de la mayoría de sus cardenales, y fue excomulgado como cismático en 1417.

Vicente afirmó más tarde que el Cisma de Occidente había tenido un efecto tan depresivo en su mente que le provocó una grave enfermedad.


Su festividad se celebra el 5 de abril y es el patrón de los constructores, fontaneros, presos y pescadores.