En declaraciones a Lusa, Nuno Loureiro explicó que la situación en la región muestra una caída de las precipitaciones y de las reservas desde hace cerca de dos décadas y que el Algarve y el Alentejo ya están experimentando la desertificación.
El profesor de la Universidad del Algarve(UAlg) advirtió que "desde principios de siglo, se ha observado que, poco a poco, las reservas son cada vez menores", en un proceso que "se basa en gran medida en la disminución de las precipitaciones", lo que se suma al creciente consumo de agua.
"No estamos teniendo episodios de sequía. Una sequía es un episodio con un principio y un final, con una disminución de las precipitaciones que se puede definir perfectamente dónde empezó a llover por debajo de la media, por debajo de lo normal, y cuándo terminó ese episodio. Lo que tenemos es algo que está disminuyendo regularmente y no está revirtiendo", argumentó.
El investigador, que ya ha realizado varios estudios sobre recursos hídricos, argumentó que, por este motivo, existe un "proceso de desertificación perfectamente claro en el Algarve, que coincide con todas las predicciones y todos los modelos de cambio climático".
Nuno Loureiro consideró que nada de esto es "una sorpresa" y aprovechó para pedir a los responsables políticos que adopten "estrategias muy bien pensadas de mitigación y búsqueda de alternativas" y que inviertan en una mayor supervisión y planificación.
"Estamos teniendo algunas lluvias en el Algarve, y estas lluvias empiezan a dar la sensación de que los problemas se están resolviendo, pero objetivamente no se están resolviendo. Si comparamos -y hablando de reservas superficiales, es decir, en las seis presas del Algarve- el final de septiembre con el final de octubre de este año, tuvimos un aumento del almacenamiento de agua útil que no llegó al 01%", afirmó.
El investigador de la UAlg puso como ejemplo el volumen de agua existente en los embalses del Algarve a finales de septiembre y finales de octubre, que pasó "de 64,5 millones a 66,6 millones [de metros cúbicos]", un valor que "da cierta sensación de que las cosas han mejorado" pero que "se traduce en un aumento del 0,6% de las reservas útiles de agua".
Nuno Loureiro precisó que las presas de Odeleite y Beliche, las dos existentes en la subregión del sotavento (este), "subieron un poco, en torno al 03% de las reservas", pero en la de barlovento (oeste) "Odelouca no se movió" y las otras tres presas: Bravura, Funcho y Arade, disminuyeron.
"Esto demuestra que en el inicio del año hidrológico 2023/2024 se está produciendo el mismo fenómeno que ya ocurrió en años anteriores: el sotavento puede recibir algo más de precipitación, pero el barlovento no", observó.
La misma fuente también comparó los datos de finales del pasado mes de octubre con el mismo periodo de 2022, indicando que el agua almacenada en superficie en la región cayó de 91,8 millones de metros cúbicos a 66,6 millones de metros cúbicos.
"Esto significa que, a finales de octubre, comparado con el mismo periodo del año pasado, tenemos un 6,3% menos de reservas", añadió, destacando que los embalses de sotavento "están mejor que a finales de octubre del año pasado, pero los otros cuatro están peor."
El deterioro de las reservas también es visible en la presa de Odelouca, que representa "un tercio de las reservas del Algarve" y donde la "cuota actual de la presa, en comparación con enero de 2022, registró una "disminución de 15 metros en la altura del agua", un descenso que calificó de "aterrador" debido al peso de este embalse en el total del agua almacenada en el Algarve.