José Manuel Fernandes destacó que la estrategia de gestión del agua que se está desarrollando tiene este aspecto de protección civil.
"Tenemos que conseguir que, cuando haya un exceso de agua, en vez de inundar, se pueda retirar o, por ejemplo, bombear para ser almacenada y después distribuida, protegiendo la vida de las personas", argumentó.
Al afirmar que "nadie puede estar" en contra de la protección civil y de la seguridad de las personas, el ministro criticó también el "fundamentalismo" de quienes prefieren un Alentejo desierto a la inversión en Alqueva o de quienes prefieren que se destruyan las presas y la consiguiente necesidad de sacar a la gente y destruir viviendas.
En julio, el Gobierno creó un grupo de trabajo, denominado "Água que Une", para elaborar una nueva estrategia nacional de gestión del agua.
En la orden publicada en el Boletín Oficial se lee que una de las prioridades es "la creación de nuevas infraestructuras y fuentes de agua, que incluyen infraestructuras de almacenamiento, regularización y captación de agua, unidades de desalinización y, como último recurso, la interconexión entre cuencas hidrográficas".
Rechazando de plano el término "autopista del agua", José Manuel Fernandes dijo que lo que está en proyecto es "un sistema que respete el medio ambiente, que proteja a las personas y que, simultáneamente, consiga tener agua para la población y para la agricultura".
"Es agua que debe distribuirse de forma eficiente", destacó.
La estrategia, dijo, implica una "fuerte inversión", es "verdaderamente estructurante para Portugal", se centra en el consumo humano, la agricultura, la protección del medio ambiente y la defensa de las poblaciones, y deberá ser presentada en enero.
"Tenemos muchos estudios, si quisiéramos aplazarlo pediríamos un estudio más, pero hay estudios más que suficientes para hacer ahora este calendario", concluyó.