El proceso afronta ahora el último paso, que consiste en obtener la aprobación del consejo de supervisión de los ferrocarriles estatales alemanes, compuesto por representantes gubernamentales, parlamentarios y sindicales.
Según Sydbank, la adquisición de Schenker por DSV la situaría por encima del grupo suizo Kuenne und Nagel tanto en volumen como en ingresos, lo que la convertiría en el primer transitario mundial.