Mi marido, al verme afligida, abordó el tema de otro perro: aún teníamos a nuestra perra rescatada anteriormente, que echaba de menos a su compañero, así que otro compañero también le vendría bien. Yo no quería un perro joven, ni nada demasiado grande, y empezamos a hacer cábalas para adoptar otro perro: quizá uno cuyo dueño hubiera muerto, o cuya familia no pudiera permitirse mantenerlo, no éramos demasiado quisquillosos.

Pues bien, acabamos adoptando a Rafael do Alentejo, también conocido como el Mastín del Alentejo, probablemente uno de los perros más grandes de Portugal. Ya pesa 42 kg y es todo lo que yo no quería: es joven (aún no ha cumplido los 3 años) y es como tener un poni en casa, aunque lo único que quiere hacer es dormir y vigilar.Ah, y meterse bajo mis pies - se tumba en la cocina fingiendo ser una alfombra, y todo el mundo camina a su alrededor o pasa por encima de él, y tiene plena confianza en que no lo pisaremos o patearemos, incluso nuestro otro perro ha aprendido a pasar por encima de él también. Es tan dócil que puedo empujarlo con seguridad fuera del camino con mis pies para llegar a mi única superficie de trabajo para poner la tetera.


Defensor, no atacante


Se les conoce como el perro guardián portugués: cabeza grande, cuello grueso, patas largas, dientes de los que estaría orgulloso un tiburón, cola enroscada al final, y sus marcas faciales le hacen parecer un poco estúpido, con círculos más oscuros alrededor de los ojos y las mejillas. No se les conoce como perro de pastoreo, aunque a veces nos empuja contra las piernas para guiarnos, ¡y su peso hace que sea difícil resistirse!

Es difícil creer que aún le queda tiempo de crecimiento, cuando alcanzará un peso máximo de unos 50 kg. Ha tardado semanas en "sentarse", por mucho que le empujáramos la grupa hacia abajo y le agitáramos una golosina por encima de la cabeza. Miraba con interés cómo hacía rodar una pelota, pero no tenía ninguna gana de correr tras ella.Jugará con una de esas cuerdas fuertes y pesadas, pero se aburre con facilidad. Es como si quisiera guardar su energía para el verdadero trabajo: la guardia, y cuando anochece, empieza. Ladra al susurro de las hojas o a intrusos imaginarios al acecho, lobos fantasmales listos para atacar... quién sabe lo que evoca su imaginación.

Su raza es dura con los extraños pero dócil con los niños y no es un perro de ataque. Tiene un característico ladrido grave y profundo, que puede oírse a distancia (por suerte, nuestros vecinos están lejos). A menudo se utilizan como jauría para la caza mayor (jabalí, por ejemplo), aunque nuestro hijo no lo hará aquí.

En su mayoría tranquilos y firmes, pero no agresivos, son independientes, muy vigilantes y seguros de sí mismos. Cariñoso con su propia familia, pero desconfiado con los extraños, especialmente al anochecer. Como raza, pueden ser testarudos y dominantes. Es todo eso. Esta raza no es para principiantes, y necesita mucho espacio, siendo un excelente perro guardián de granjas o fincas.

Créditos: envato elements; Autor: Lifeonwhite;

¡No es mi perro!


De momento, no es mi perro. El marido y el perro han establecido una conexión, y él (el perro) me hace menos caso a mí que al marido. Me pregunto si realmente sabe su nombre, porque puedo llamarle repetidamente y al final aparecerá, paseándose por la esquina como si fuera el dueño del lugar. Ante cualquier percance o transgresión, le murmuro al marido: "tu perro, tú te encargas".

Se necesita paciencia, además de persuasión, porque es muy testarudo. Su raza es sensible a las reprimendas y está deseoso de recibir afecto, y no tiene reparos en mirarme profundamente a los ojos mientras le cepillo otra masa de pelo del lomo; ¡quizá también esté empezando a quererme un poquito!


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Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan