Emma (nombre ficticio) declaró a Sky News que tiene un certificado de nacimiento británico, ha vivido toda su vida en el Reino Unido y siempre pensó que era ciudadana de ese país, pero parece que no es así.
El Reino Unido tiene en vigor desde 2019 el EUSS (European Union Settlement Scheme), el régimen de inmigración vigente para los ciudadanos de la Unión Europea (UE). Esto significa que después del Brexit, todos los ciudadanos de la UE que vivían en el Reino Unido tenían que solicitar el estatus de residente permanente.
Sin embargo, no fue hasta el año pasado cuando Emma se dio cuenta de que oficialmente no era ciudadana británica y de que ya se le había pasado el plazo para presentar esta solicitud, tras pedir un trabajo y necesitar demostrar su derecho a trabajar. La sorpresa llegó cuando vio que su solicitud de pasaporte británico era rechazada.
A diferencia de Emma, su madre solicitó con éxito el estatuto de residente permanente.
Deportación
La joven explicó a Sky News que no podía recurrir la decisión del Ministerio del Interior británico y se arriesgaba a ser deportada a Portugal, donde nunca ha vivido.
"Cuando recibí la carta de rechazo, básicamente me dijeron cómo abandonar el país", dijo, añadiendo que estaba "conmocionada".
"Hay muchas probabilidades de que me deporten a Portugal y me separen de mi familia", señaló, admitiendo que "tendría que empezar una vida completamente nueva".
A Emma le han dicho que puede volver a presentar su solicitud con pruebas adicionales para demostrar que tiene motivos razonables para presentarla tarde. Emma lo está haciendo, pero mientras tanto no puede trabajar, abrir una cuenta bancaria, alquilar un apartamento ni recibir atención secundaria del Servicio Nacional de Salud (NHS).
Los datos muestran, sin embargo, que las solicitudes presentadas fuera de plazo tienen ahora criterios más estrictos, ya que solo en septiembre del año pasado se consideraron inválidas 13.930 solicitudes (entre julio de 2022 y junio de 2023 la media fue de 1.730 solicitudes rechazadas al mes).
Según la página web de Portugal en el Reino Unido, "los niños nacidos en el país después del 1 de enero de 1983 no adquieren automáticamente la nacionalidad británica", habiéndose registrado ya "la existencia de varios casos de hijos de ciudadanos portugueses que nacieron en el Reino Unido pero que no tienen ninguna nacionalidad (ni británica ni portuguesa)".
El certificado de nacimiento que se entrega al niño al nacer "sólo prueba que el niño nació en el Reino Unido, pero no es un documento suficiente para certificar o probar la nacionalidad británica".