Existen aproximadamente mil millones de pacientes con SAOS en todo el mundo. Datos recientes sugieren que cuando el índice de apnea-hipopnea (IAH) es ≥ 15 eventos por hora, la tasa de incidencia de AOS de moderada a grave es del 49,7% en hombres y del 23,4% en mujeres. Los síntomas clínicos más frecuentes son ronquidos durante el sueño, despertares bruscos recurrentes, aumento de la nicturia, cefaleas matutinas y somnolencia diurna. Sin embargo, los pacientes suelen ignorar estos síntomas y carecen de estrategias de gestión del tiempo. La AOS es un síndrome con complicaciones metabólicas y endocrinas que puede provocar daños cardiovasculares, trastornos metabólicos, niveles hormonales anormales, deterioro de la función cognitiva y anomalías del comportamiento, lo que repercute significativamente en la capacidad laboral y la calidad de vida.

El tiroides es una glándula responsable del funcionamiento de muchas funciones vitales, desde los latidos del corazón hasta la frecuencia de nuestra respiración. También es el órgano responsable de la producción de hormonas tiroideas, relacionadas con el metabolismo. Cuando existe un desequilibrio asociado a la producción de estas hormonas, la persona puede sufrir hipotiroidismo o hipertiroidismo.

El hipotiroidismo se caracteriza por una actividad tiroidea reducida, lo que disminuye la producción de hormonas y, en consecuencia, provoca un metabolismo lento. Entre las causas asociadas están la deficiencia en el consumo de yodo, la extirpación (total o parcial) de la tiroides, el uso de algunos medicamentos, el puerperio, entre otras.

Cuando un paciente tiene hipotiroidismo, su organismo se vuelve menos activo. Como consecuencia, puede sentirse cansado con más facilidad y estar bastante somnoliento. El diagnóstico de esta enfermedad suele hacerse mediante un examen físico realizado por un endocrinólogo y se confirma con análisis de sangre y una ecografía tiroidea.

Se sabe que las personas con hipotiroidismo tienen un mayor riesgo de desarrollar AOS debido a múltiples factores relacionados con la respiración, como la disminución de la capacidad de reacción a los cambios químicos y de los músculos implicados en la respiración.

Los síntomas de dificultad o interrupción de la respiración, cansancio excesivo durante el día, somnolencia excesiva, apatía, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse, entre otros, están relacionados tanto con el hipotiroidismo como con la AOS.

Los pacientes diagnosticados de apnea primaria del sueño, a los que no se les realiza un análisis de la función tiroidea, son infradiagnosticados y tratados inadecuadamente como AOS debido a que no se detecta el hipotiroidismo. Estos mismos pacientes experimentan una mejoría temporal de los síntomas con los tratamientos recomendados para la AOS, pero inevitablemente fracasan a largo plazo. Esta mejoría temporal puede evitarse si no se retrasa el diagnóstico del hipotiroidismo.

En otras palabras, es necesario identificar el origen de los síntomas, y no limitarse a tratarlos. Algunos pacientes se someten a un tratamiento para el SAOS y obtienen una mejoría a corto plazo de los síntomas, pero la verdadera causa del trastorno respiratorio reside en realidad en la tiroides.

De hecho, la causa de una frecuencia respiratoria baja por la noche puede estar relacionada con la función metabólica del tiroides y tener su origen en el hipotiroidismo.

Por lo tanto, no se puede afirmar con certeza que una causa la otra. Sin embargo, lo que sí se sabe es que existe una correlación entre ambos factores, ya que la AOS puede presentarse entre el 25% y el 100% de los pacientes que padecen hipotiroidismo.

Para más información, póngase en contacto con el Grupo HPA Saude en el (+351) 282 420 400.