Ante la Comisión parlamentaria de Asuntos Constitucionales, Derechos, Libertades y Garantías, en una comparecencia solicitada por el Bloco de Esquerda e Livre, Luís Goes Pinheiro afirmó que hay 342 mil asuntos pendientes en el capítulo de "manifestaciones de interés y procesos administrativos de autorización de residencia", a los que se suman "70 mil procesos que están en curso".

En total, hay una cantidad máxima de asuntos pendientes "ligeramente superior a 400 mil" solicitudes que deben resolver las autoridades portuguesas, dijo Goes Pinheiro a los diputados.

Este número debería disminuir cuando se cierren muchos procesos, porque los inmigrantes opten por ir a otro país o consigan regularizarse de otra forma, concretamente a través del visado de movilidad de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) y la reagrupación familiar.

"El contexto de pendiente [de un proceso] es la espera de una acción" por parte de AIMA, explicó Goes Pinheiro.

Parte de estos procesos se refieren a la manifestación de interés, un recurso legal, ahora extinto, que permitía la normalización de los procesos para los extranjeros que llegaban al país con un visado de turista.

En mayo, AIMA envió 223 mil correos electrónicos para solicitar la liquidación anticipada de las citas para los procesos de regularización en relación con este recurso, y 110 mil fueron pagados.

Los restantes, al no ser pagados, pueden ser considerados cerrados por los servicios, si no se toman otras medidas.

Sin embargo, Goes Pinheiro admitió que "independientemente de que sean 300 mil o 400 mil", son "un número muy significativo" y cualquier tipo de solución al problema debe ser "posible de escalar".

Todo porque "no basta con resolver los problemas actuales", sino asegurar una "capacidad [a AIMA] para que, de forma elástica, responda a las variaciones de la demanda que muchas veces son repentinas".

En el caso de las peticiones de inmigrantes en Portugal, destacó que "la demanda varió de forma muy inestable" y es necesario asegurar recursos tecnológicos que "permitan escalar la respuesta".

Tras el fin de la pandemia, se produjo un aumento exponencial de las solicitudes de regularización, lo que "hizo que el SEF [Servicio de Extranjeros y Fronteras] fuera absolutamente incapaz de responder", concluyó el responsable.