Según Postal, el resultado de esta fascinación fue la creación de un libro que reúne una selección de las piscinas oceánicas más impresionantes, incluida una portuguesa. En "Seapools", publicado por Batsford Books, se catalogan 66 piscinas de agua salada de diversas partes del globo y se cuentan las historias de estas estructuras y de las comunidades que las utilizan.

En 1940, un antiguo conjunto de piscinas de agua salada se transformó en una única piscina oceánica en la costa de Porto Moniz, en Portugal, más concretamente en la isla de Madeira, mediante la construcción de un muro de contención de hormigón. El hormigón blanco y el borde curvo dan a la piscina un aspecto claramente moderno. A lo largo de los años, la piscina ha sufrido varias mejoras y se terminó en 1975.

Estas piscinas están formadas por rocas volcánicas, creando un entorno natural único donde el agua del mar entra y se renueva constantemente, manteniendo las piscinas limpias y frescas.

Aunque las piscinas de Porto Moniz son seguras, es crucial seguir las instrucciones de los socorristas y estar atento a las condiciones del mar, especialmente durante los periodos de marea alta o tormentas.

Las piscinas también cuentan con bar, vestuarios, parque infantil, centro de primeros auxilios, tumbonas y sombrillas de alquiler y presencia constante de socorristas. Están abiertas todo el año de 9 a 17 h en invierno y de 9 a 19 h en verano.