Hace poco, alguien hizo un comentario sobre mis nuevas gafas, valorándolas más como un elemento de moda que por su utilidad. Tener una visión que no es perfecta no es tan infrecuente como se cree, y la necesidad de gafas es muy variada: algunos necesitan ayuda desde pequeños, otros no ven de lejos, de cerca o ambas cosas, o tienen problemas genéticos que dificultan la visión nítida de uno o ambos ojos.
Damos por sentado que la visita al óptico es una solución sencilla: se introduce la cara en una especie de máquina, se miran los ojos, se observan algunos puntos en movimiento, se toman algunas medidas y, listo, se recupera la visión con las lentes de la montura elegida.
Siglos de lentes correctoras
Ya en el año 60 d.C., la gente utilizaba lentes correctoras para ver mejor. Un filósofo romano utilizó un globo de cristal de agua para ampliar un texto, mientras que el emperador Nerón utilizó una esmeralda de aumento para ver las luchas de gladiadores. Los monjes de la Europa del siglo X dieron el siguiente gran salto al utilizar unas cúpulas pulidas de cuarzo transparente llamadas "piedras de lectura" para ayudarse en sus trabajos de caligrafía iluminada.
Pasaron varios siglos antes de que se utilizaran las primeras gafas, y a menudo se atribuye el mérito a un florentino llamado Salvino D'armati.
Las gafas a través de los tiempos
Cuando se inventaron las gafas, sólo podían fabricarse con materiales caros como el cristal, lo que las convertía en un símbolo de estatus para los ricos, pero con el aumento vertiginoso de las tasas de alfabetización en Europa, aumentó la demanda de gafas de lectura asequibles. Se empezó a utilizar vidrio para fabricar las lentes, una opción mucho más barata que el cristal.
Pero aún quedaba mucho camino por recorrer. Se apoyaban en la nariz o había que sujetarlas con un asa, y los sopladores de vidrio que fabricaban las lentes no eran capaces de ayudar a personas con distintas necesidades visuales. Las gafas se convirtieron en "manos libres" en el siglo XVIII, cuando se añadieron las patillas o brazos. Después se añadieron bisagras para que las gafas pudieran plegarse y guardarse de forma más compacta y, con el tiempo, los oftalmólogos mejoraron en la adaptación de las lentes a las necesidades individuales de los pacientes.
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Las lentes actuales
Las gafas de hoy en día se fabrican según la graduación mediante una mezcla de ciencia y tecnología. Las distintas graduaciones y tamaños de montura hacen que cada lente tenga una curvatura diferente, por lo que, en primer lugar, la graduación óptica de las lentes se introduce en un ordenador que, a continuación, imprime toda la información necesaria en el proceso de fabricación de las lentes.
Se seleccionan las lentes en bruto y se marcan en el "centro óptico", es decir, el punto central exacto y más nítido a través del cual se debe mirar, utilizando un lensómetro/focimetro. Para las graduaciones más altas se utilizan polímeros de alto índice, para hacerlas más finas, y éstos son muy reflectantes, por lo que necesitan una capa "antirreflejante" para mejorar la visión y la estética. A continuación, las lentes se cubren con una capa especial para protegerlas durante el proceso de tallado, y un generador o máquina talladora curva el dorso o el anverso y el reverso en las graduaciones más altas, para que las lentes sean menos gruesas y se reduzca la distorsión. El centro óptico se desplaza en el proceso de tallado de las lentes para situarse directamente delante de las pupilas, lo que varía de una persona a otra.
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Recubrimientos
Una vez esmeriladas, pueden recubrirse con cualquier tratamiento o tinte si se desea. Entre los tratamientos más comunes están los tintes ultravioleta, los revestimientos resistentes a los arañazos y los reactivos, como el fotocrómico, que hace que la lente se oscurezca cuando la activa la luz ultravioleta. A continuación se pulen, biselan y esterilizan y, por último, se ajustan y montan a mano en la montura.
Actualmente, las lentes pueden ser de cristal, polietileno, Trivex, policarbonato o polímeros de alto índice. Los materiales de las monturas son de plástico, metal o metal flexible, y son más ligeros, versátiles y fáciles de trabajar. El proceso de fabricación puede requerir la mano del hombre en determinados puntos, pero ahora está mucho más automatizado, lo que se traduce en una fabricación más rápida.
Coste
Cuando se compran gafas en un establecimiento tradicional, no sólo se paga por la montura y las lentes, sino también por los elevados costes de subcontratación del establecimiento, que suelen incluir la fabricación detallada, los derechos de licencia, el almacenamiento y otros.
Fabricar gafas es mucho más de lo que parece.
Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man.