Según Dinheiro Vivo, la producción de aceitunas para aceite de oliva se espera que aumente un 20 por ciento este año, en comparación con 2022, a 2.495 kilogramos por hectárea, según las previsiones agrícolas del Instituto Nacionalde Estadística(INE).
El calor durante la floración y el cuajado del fruto "comprometió parte de la producción" de aceite de oliva, sin embargo, el INE prevé un aumento del 20 por ciento en esta producción.
Mientras que en 2022 la producción fue de 2.079 kilogramos por hectárea, en 2023 el INE prevé una producción de 2.495 kilogramos por hectárea, todavía un 3 por ciento por encima de la media quinquenal.
En el caso de la aceituna de mesa, el INE también prevé un incremento del 20 por ciento, hasta los 2.905 kilogramos por hectárea, frente a los 2.421 kilogramos por hectárea.
"En el olivar tradicional se espera una producción muy superior a la de 2022, pero en el olivar intensivo en plena producción se prevé una estabilización de la productividad", añade el INE en un comunicado difundido hoy.
El INE señala que "muchos olivares intensivos de reciente plantación siguen entrando en producción".
Entre la variedad de cosechas, ha concluido la de arbequina, mientras que continúa la de galega y conbrançosa.
El funcionamiento de las almazaras se adelantó debido "al adelanto del ciclo vegetativo de los olivos".
El INE señaló que las previsiones apuntan a una reversión de la situación de sequía meteorológica en la mayor parte del territorio continental, con una semana de sequía del 12,8 por ciento en Setúbal, Beja y Faro.
En el caso de los kiwis, las perspectivas apuntan a una producción próxima a la de los dos últimos años, mientras que las almendras tuvieron la mayor producción de la historia, en total 53 mil toons - "debido a la entrada en producción de crucero de muchas huertas, la mayoría situadas en el Alentejo".
Las condiciones climatológicas han provocado el descenso de la producción, en el caso de la castaña, que por segundo año consecutivo se prevé "importantes descensos en la producción (-33% respecto a la media de los últimos 5 años)".
El final de la campaña agrícola de primavera confirmó una producción superior a la del año pasado en el caso del tomate (1,68 millones de toneladas, +32 por ciento), mientras que el maíz para grano creció un 5 por ciento y el arroz un 10 por ciento.
La producción de arroz, a pesar de ver limitada su cosecha por las lluvias, se espera que aumente un 10 por ciento, hasta 171 mil toneladas.
El descenso del 30 por ciento en la producción de girasol, respecto a 2022, se debe exclusivamente a la reducción de la superficie. En el caso de las frutas de pepita, como las manzanas o las peras, se produjo un balance negativo de estas últimas por segundo año consecutivo.
Según el INE, las lluvias y las altas temperaturas de octubre propiciaron condiciones favorables para la germinación de hierbas espontáneas, lo que impulsó una buena regeneración y desarrollo vegetativo de los pastos naturales de secano.