"Desde mayo de 2020, ha habido al menos 673 interacciones documentadas entre orcas, que son los depredadores oceánicos más poderosos, y barcos", destacó Naomi Rose, del Instituto de Bienestar Animal.
"Pero este comportamiento tiene más en común con los juegos violentos que con la agresión", defendió la científica, en una entrevista con la agencia Efe.
Naomi Rose destacó que, tras romper el timón, las orcas juegan con las piezas y se marchan.
"En todo este periodo, sólo han provocado el hundimiento de siete embarcaciones", destacó.
En la mayoría de los incidentes documentados frente a Portugal y España, una manada de orcas golpeó los timones de pequeñas embarcaciones y luego huyó a gran velocidad.
No hay informes de ataques a personas a bordo de las embarcaciones.
"Las orcas, que son una población marina en peligro crítico de extinción, son muy inteligentes. Si quisieran hundir el barco, lo harían, pero el objetivo parece ser golpear el timón y sólo en el 20% de los incidentes dañaron el barco, haciéndolo innavegable", destacó.
Esta fue también la conclusión de los expertos reunidos en Madrid en el taller patrocinado por la Comisión Ballenera Internacional y los gobiernos de España y Portugal.
El comportamiento de las orcas ibéricas parece asociado al juego o la socialización, "quizá estimulado por la abundancia y el reciente aumento de presas, que reduce el tiempo necesario para capturar alimento y por la reducción de interacciones negativas con la pesca".
Rose señaló que, durante años, los navegantes han utilizado diferentes métodos para ahuyentar a las orcas ibéricas, incluidas acciones ilegales como lanzar fuegos artificiales, echar gasolina al agua o pequeños explosivos.
Entre las medidas que son legales porque no dañan a las orcas y pueden disuadirlas, la bióloga señaló la modificación de los timones "de forma que no afecte a la navegación pero haga que el timón sea menos divertido y menos atractivo".
"Por alguna razón, y no sabemos por qué, a las orcas no les gustan las líneas verticales en el agua", añadió.
Otra medida es la comunicación en tiempo real a los barcos sobre la ubicación de los grupos de orcas, que se calcula que son cinco en esta población cuyo hábitat abarca desde el Estrecho de Gibraltar hasta las aguas de Galicia.
La subpoblación ibérica de orcas se caracteriza por una cabeza redondeada, una capa dorsal negra poco contrastada y se alimenta principalmente de atún rojo.