Actualmente el intercambio de residencia por inversión se acepta en 12 países de la Unión Europea (UE), como es el caso de Portugal, pero el programa de visados de oro podría estar en duda.
Según idealista, en el Parlamento Europeo se va a votar una resolución que propone la extinción gradual del régimen de visados de oro para todos los Estados miembros. La idea es endurecer y normalizar las normas de concesión de estos permisos de residencia por inversión para luchar contra la corrupción y la evasión fiscal.
La iniciativa ya se debatió en el Parlamento Europeo, el 15 de febrero de 2022. Ese día se aprobó el texto -con 61 votos a favor, 3 en contra y 5 abstenciones- que presenta un plan con vistas a la "prohibición de los visados de oro" en la UE y deja entrever "nuevas normas para la concesión de visados de oro" que se prevén más estrictas.
¿Qué cambios se proponen?
Según el comunicado de prensa publicado por el Parlamento Europeo, los eurodiputados exigen los siguientes cambios en el régimen de visados dorados
- Comprobación rigurosa de los antecedentes (incluidos los miembros de la familia y las fuentes de fondos), verificación obligatoria con los sistemas de justicia e interior de la UE y procedimientos de verificación en terceros países;
- Información obligatoria a los Estados miembros;
- Requisitos mínimos de residencia "in situ" para los solicitantes y participación activa, con valor añadido y contribución a la economía (a sus inversiones).
Además, los eurodiputados también prevén un sistema de "notificación y consulta" para que otros Estados miembros puedan oponerse a la concesión de un visado de oro.
El proyecto de resolución también prevé que el intercambio de permisos de residencia por inversión (ARI) comience a funcionar bajo un sistema de cuotas máximas, que deberá reducirse gradualmente hasta llegar a cero en 2025, escribe Jornal de Notícias. Y, en este caso, la inversión en inmuebles, en fondos de inversión, bonos del Estado, entre otros, deberá "limitarse a una pequeña parte de la cantidad invertida". Por otro lado, el beneficio de cada país también se compartirá con los demás en un "porcentaje significativo" a definir, según el mismo diario.
Si la propuesta se aprueba, pasa a la Comisión Europea, que tomará una decisión al respecto: adoptar las medidas o rechazarlas. Y si la propuesta es aceptada, cada Estado miembro tendrá que adaptar las nuevas medidas a sus legislaciones nacionales.