Carlota Carochinho es la única chica en el motociclismo del país y la única niña del Algarve en este deporte. Este hecho, y las victorias consecutivas de Carlota, han hecho que los medios de comunicación se fijen en la piloto y en sus logros.

Carlota empezó a montar en 2019 y en 2020 se proclamó campeona nacional. En 2022 volvió a ser campeona nacional. Este año se ha pasado a una moto superior (160cc) y ocupa el segundo puesto del ranking. Carlota también compite en el campeonato de España y el año pasado quedó sexta.

Cuando le pregunté a esta niña de 12 años qué se necesita para ser una gran piloto, me dijo que, físicamente, un buen piloto tiene que ser fuerte, y por eso entrena muchos otros deportes en su tiempo libre después del colegio, como natación, aikido y kickboxing. A nivel mental, dice que es muy importante "romper las barreras mentales. No podemos decir no puedo si no lo intentamos".

Según su madre, Diana Sério: "Ser jinete salió de ella. Nadie pensó nunca en tener una hija jinete". Los padres de Carlota siempre han sido amantes de las motos, pero en la carretera, nadie imaginó nunca el brillante futuro de su hija en el motociclismo. "Mi madre pensaba que cuando tuviera cierta edad querría tener una scooter para ir al colegio porque como a mis padres les gustaba probablemente a mí también me gustaría", cuenta Carlota.

Sin embargo, todo cambió cuando "un día nos enteramos de que Miguel Oliveira iba a estar en Portimão, en el Autódromo Internacional del Algarve, y quisimos pedirle un autógrafo, y allí había un scooter de 110cc". El padre de Miguel Oliveira, Paulo Oliveira, me dijo que yo tenía potencial y que podía ser un piloto en potencia, y así fue como empezamos. Me retó a mi primera carrera".

Un deporte caro

"Fue a su primera carrera en una scooter prestada por el padre de Miguel Oliveira. Después, nos tocó a nosotros (los padres) decidir qué íbamos a hacer con Carlota. Lo que hicimos fue preparar un proyecto deportivo e intentar conseguir patrocinadores desde 2019. Completamos las temporadas con mucho sacrificio. Como padres, no tenemos recursos económicos para tener a Carlota en un deporte como este", nos cuenta Diana.

Su madre contó lo difícil que es mantener a su hija en un deporte así. "El gran peso de todo empieza con el entrenamiento. La moto tiene sus gastos de mantenimiento. Carlota ya ha roto dos motores este año. Un motor cuesta unos 1.000 euros. La moto de Carlota cuesta unos 6.000 euros".

Gran lucha

Los padres de Carlota están luchando mucho para que su hija siga brillando en este deporte. Sin embargo, no hay milagros. Sin dinero, no llegarán a ninguna parte. Diana Sério me dijo que no tienen dinero para la próxima carrera, lo que les preocupa mucho. Tienen un plan deportivo estructurado, y quien quiera patrocinar podrá imputarlo a sus impuestos.

Como sólo hay una carrera de karts en el Algarve, en Portimão, que no tiene otros niños con los que Carlota pueda entrenar, la familia se ve obligada a hacer kilómetros todos los fines de semana para que su hija pueda entrenar, incluso en España.

"Los chicos en España tienen otras condiciones. Tienen escuelas de motociclismo, que les permiten entrenar, por ejemplo, tres veces por semana. Y hay chicos que entrenan todos los días. Esto acaba siendo una desventaja para Carlota respecto a los demás, porque entrena menos veces" (sólo los fines de semana).

"Lo que realmente necesitamos es dinero, pero si alguien nos da una tarjeta de combustible en lugar de dinero, también estaría muy bien. Necesitamos dinero porque tenemos que pagar el alquiler del hipódromo, tenemos que comer, tenemos que pagar los viajes, que incluyen peajes, combustible, aunque tenemos una autocaravana y así ahorramos en pernoctaciones", explica.

El siguiente paso hacia un gran futuro

"Carlota afronta ahora una gran etapa en su vida en el motociclismo. El año que viene, Carlota dará el salto al motociclismo profesional. Carlota dejará la pista de karting y pasará a la pista principal de carreras", dijo la madre.

Sin embargo, hay muchos gastos asociados que la familia sola no puede afrontar. "La moto que Carlota necesita para hacer esta transición cuesta 8.000 euros y necesitamos un motor extra, que cuesta 2.500 euros. Hacer un mono de competición cuesta 1.600 euros, porque estos monos son de piel de canguro, tienen todas las protecciones para que los pilotos estén protegidos de las caídas que se puedan producir. Si sumas la moto, el motor de repuesto y el traje, las botas, los guantes y el casco, son casi 15.000 euros. Luego, para la moto nueva, cada juego de neumáticos costará 500 euros y ella gasta un juego de neumáticos cada vez que entrena", añade Diana Sério.

Sueño

Con todo, "esperamos que con el paso de Carlota a una 2,5 cc, algunas entidades con poder financiero apuesten por el proyecto de Carlota a medio y largo plazo. Estas entidades que apuesten por Carlota tendrán una proyección fantástica. En primer lugar, porque son las que facilitan el camino de Carlota hacia arriba y, en segundo lugar, porque será la primera chica que lo consiga."

Carlota es muy decidida. Sabe exactamente lo que quiere y ni siquiera las dificultades económicas a las que se enfrentan ella y su familia detienen su sueño: Carlota quiere ser la primera mujer en MotoGP.

Para más información, envíe un correo electrónico a dianaserio@gmail.com

Carlota está en Facebook https://www.facebook.com/csc28 y en Instagram @csc28Carlota.


Author

Paula Martins is a fully qualified journalist, who finds writing a means of self-expression. She studied Journalism and Communication at University of Coimbra and recently Law in the Algarve. Press card: 8252

Paula Martins