En un conjunto de informes sobre "economía para la prevención y preparación ante catástrofes en los Estados miembros y países de la Unión Europea", publicados por el Banco Mundial (en un proyecto realizado en colaboración y financiado por la Comisión Europea) se indica que "2023 fue el año más caluroso del que se tiene constancia, con catástrofes en toda Europa que costaron más de 77.000 millones de euros".

Sólo en Portugal, el coste de los incendios forestales de 2023 ascendió a 3.770 millones de euros, cubriendo un área quemada de 36.498 hectáreas, según los cálculos de esta institución financiera internacional.

Aún así, el año pasado en el país, el número de hectáreas quemadas en comparación con la media anual de incendios forestales desde 2006 fue un 62% menor, siendo Portugal el séptimo país de la Unión Europea (UE) con menos daños causados por los incendios ( por detrás de Suecia, Polonia, Croacia, Hungría, Países Bajos y Eslovenia).

En un comunicado, el Banco Mundial destaca que "Europa se está calentando más rápido que cualquier otro continente y es muy vulnerable a los crecientes riesgos asociados al cambio climático", habiendo registrado, en las últimas décadas, "pérdidas y destrucciones abrumadoras -y crecientes- debido a desastres relacionados con el clima".

Por este motivo, la UE necesita, en opinión de la institución financiera internacional, "inversiones inteligentes para reforzar la resiliencia ante las catástrofes, la adaptación y la financiación de la respuesta a los riesgos climáticos y de catástrofes".

Sobre todo porque "los costes previstos de la inacción en un escenario de calentamiento elevado podrían alcanzar el 7% del PIB [Producto Interior Bruto] de la UE", advierte el Banco Mundial.