"La narrativa del exceso de producción es completamente errónea, lo que hay es un exceso de oferta [de vino]", afirmó João Rebelo, investigador de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Douro(UTAD), que mencionó que esta oferta resulta de la producción e importación de vino, que ha aumentado en los últimos años.
Esta es una de las conclusiones del estudio "Competitividad y sostenibilidad de los vinos del Duero y del Oporto. ¿Qué estrategia?", elaborado por João Rebelo, Alberto Baptista y Sofia Gouveia.
El trabajo, presentado en Vila Real, llega en un momento en el que el Duero se debate entre la caída de las ventas, el exceso de existencias de vino y las quejas de los viticultores por el bajo precio de venta de la uva y el aumento de los costes de producción.
"Yo diría que, en el Duero, no hay un exceso de producción, hay un exceso de oferta, hay un desequilibrio en el mercado y tendrá que haber una intervención que reequilibre el mercado", reforzó João Rebelo, que lleva 40 años estudiando la región demarcada.
En 2023, Portugal importará 2,97 millones de hectolitros (el 43,8% de la producción nacional), lo que supone un aumento del 64% respecto a 2016. En 2023, el 96% del vino importado procedía de España.
"Estoy de acuerdo en que el Gobierno debe realizar actividades de control, sin intervenir demasiado directamente en el mercado, para que los consumidores tengan claro el origen de los vinos", argumentó.
Y también enumeró "cierta incapacidad para adaptar el producto al mercado", ya que se han producido cambios en los hábitos de los consumidores, que buscan vinos más ligeros y frescos (blancos, rosados y espumosos), en detrimento de los de mayor graduación y más dulces (vino de Oporto).
Este cambio, argumentó, reta al Duero a ajustar el tipo de vinos que produce.
Tomando como punto de partida el estudio "Dirección Estratégica para el Sector del Vino de Oporto y del Duero", encargado por el Instituto del Vino de Oporto y del Duero (IVDP) a la UTAD en 2017, el nuevo trabajo aborda problemas que se han agravado en estos siete años en los que se han producido la pandemia del Covid-19, el Brexit, la guerra de Ucrania y el aumento de la inflación.
La iniciativa partió de la delegación local de la Asociación para el Desarrollo Económico y Social (SEDES), la Liga de Amigos del Patrimonio Mundial del Duero y la Fundación Casa de Mateus.
"El fenómeno que más influye actualmente en el consumo de vino es la caída de la renta real de las familias por efecto de la inflación", destacó João Rebelo.
En cuanto al modelo de regulación de la región, basado en el instituto público IVDP, defendió la transición "casi inmediata" a un modelo de comisión regional del vino (CVR).
Aunque no depende de los Presupuestos del Estado y tiene ingresos propios, el IVDP necesita autorización previa para incurrir en gastos.
Los agentes del sector entrevistados en el estudio señalaron medidas que incluyen la destilación de crisis (medida excepcional), el apoyo al almacenamiento, la vendimia en verde, el apoyo a la tesorería e incluso un apoyo adicional a los viticultores con viñedos poco productivos.
En cuanto a la producción de aguardiente de vino a partir de vinos de la región, el trabajo afirma que "esta medida no puede generar la señal equivocada de una producción generalizada para la destilación en aguardiente de vino" y "no puede implicar un aumento del coste de producción del vino de Oporto, empeorando la recesión del producto".
"No es la solución para el Duero, aunque puede contribuir a mitigar los problemas", defendió João Rebelo.
Por último, dijo que propondrá que las medidas identificadas en el trabajo sean remitidas a los respectivos ministerios.