En las últimas semanas, Lisboa y Oporto, los dos mayores municipios del país y que concentran una cuarta parte del total de alojamientos locales del Portugal continental, congelaron temporalmente el registro de nuevos establecimientos en algunas de las zonas más presionadas de las ciudades. Pero hay otros municipios que están aplicando normativas para controlar la creación de estos espacios, después de que el cambio de ley del Gobierno de Luís Montenegro, en vigor desde el 1 de noviembre, diera a los ayuntamientos esta posibilidad.

Según el Jornal de Notícias, Sintra tiene congelada la apertura de nuevos procesos, Vila Nova de Gaia mantendrá suspendidas las autorizaciones, en vigor desde enero, y en Viana do Castelo "están suspendidas las inscripciones de alojamientos en forma de apartamento". Otros municipios de los distritos de Oporto y Lisboa se disponen a seguir el mismo camino, como Cascais, Odivelas, Vila do Conde y Braga. Aveiro, por su parte, discrepa con un freno municipal.

El presidente de la Asociación de Alojamientos Locales de Portugal (ALEP), Eduardo Miranda, espera que "el reglamento se haga con calma y lo más rápido posible" y que "siga las normas, estudios y ratios", asegurando que "el alojamiento local no es el problema de la vivienda" y que la "convivencia" entre ambos es posible. El alojamiento local "es esencial para extender el turismo por todo el país".