Las conclusiones se recogen en la nota provisional dedicada a la pobreza en el trabajo del informe "Portugal, Balanço Social", de la Nova School of Business and Economics (Nova SBE), la Fundação "la Caixa " y BPI.
En 2019, 439.242 trabajadores vivían en la pobreza, lo que representa alrededor del 10% de los 4,5 millones de personas que trabajaban en Portugal ese año.
Los datos son anteriores a la pandemia del Covid-19 y a la actual crisis financiera, que podría aumentar los niveles de pobreza ante la inflación, pero la elección fue intencionada, explicó a Lusa Susana Peralta, una de las autoras, afirmando que el objetivo era analizar una situación estructural, informando así "a un momento en el que el mercado laboral funcionaba con normalidad".
En cuanto a los resultados, la economista y profesora de Nova SBE explicó que la pobreza laboral es consecuencia de los ingresos, pero no sólo.
"Una persona es pobre si no tiene recursos para hacer frente a los gastos normales del hogar", dijo el economista, refiriéndose a que la pobreza laboral resulta, precisamente, de la combinación de los ingresos con la caracterización del hogar.
De hecho, los trabajadores pobres pertenecen mayoritariamente a hogares con hijos y, sobre todo, a familias monoparentales y numerosas, ya que el 52% de los trabajadores en situación de pobreza no lo serían si vivieran solos.
"Siempre habrá situaciones de pobreza en las que, a pesar de que los ingresos sean suficientes para que la persona por sí sola no sea pobre, hay una composición de su hogar que le hace caer en la pobreza porque esos ingresos no son suficientes para los dependientes del hogar", dijo el economista.
Por otro lado, alrededor del 38% de los trabajadores pobres recibieron ingresos compatibles con el salario mínimo nacional en 2019, pero alrededor de una cuarta parte recibió incluso menos.