Las propuestas incluyen el cierre de los establecimientos de hasta 100 m² que vendan alcohol a las 22.00 horas y la prohibición de la venta de bebidas para llevar a partir de la 1.00 horas en zonas como Bairro Alto, Bica, Cais do Sodré y Santos.

Esta medida forma parte de un esfuerzo más amplio por lograr un equilibrio entre la actividad económica y el derecho al descanso de los residentes.

En una reunión privada del ejecutivo municipal, las propuestas fueron presentadas por el concejal de Economía e Innovación, Diogo Moura (CDS-PP), y "tienen como principal objetivo establecer mecanismos que garanticen el equilibrio entre el derecho al descanso y la actividad económica en la ciudad".

Uno de los cambios propuestos a la normativa es que "los minimercados, tiendas de ultramarinos, vinotecas y establecimientos similares que tengan menos de 100 metros cuadrados y que vendan bebidas alcohólicas después de las 22:00 horas tendrán su horario de apertura equivalente al de las tiendas de conveniencia, limitando su funcionamiento a esta hora".

También está previsto que en los establecimientos de más de 100 m² considerados "problemáticos en cuanto al consumo o compra de alcohol", el ayuntamiento pueda decidir, "mediante ordenanza, la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas", ha dicho el alcalde.

Otra medida será la obligación de que las terrazas con amplificación de sonido y los establecimientos con televisión dispongan de un limitador de sonido, según la propuesta aprobada, que también prevé que el horario de apertura de las terrazas sea diferente al de los establecimientos de los que forman parte, con el objetivo de que el límite horario sea a medianoche.

Citado en un comunicado, el concejal Diogo Moura argumentó que "se está dando prioridad a la calidad de vida de los lisboetas", señalando que la actividad económica y la vida nocturna en Lisboa han cambiado desde que entró en vigor la actual regulación en 2016, y "es necesario ajustarla a la dinámica de los que viven, los que trabajan y los que juegan en la ciudad de hoy".

"Creo que se trata de una solución equilibrada, que busca defender el derecho al descanso de los lisboetas, pero que también garantiza que la actividad económica se desarrolle", ha afirmado el concejal de Economía e Innovación, destacando que las propuestas aprobadas pasan ahora a la fase de desarrollo con una consulta pública de 30 días.