¿La conexión entre el sistema nervioso central y el aparato digestivo se realiza mediante mensajeros químicos, como la serotonina, que transmiten información al cerebro? Un alto nivel de serotonina nos hace sentir mejor y, como los hidratos de carbono aceleran su producción, son alimentos de los que disfrutamos fácilmente.

¿Sabías también que...

¿La Dieta Mediterránea es un ejemplo de alimentación sana que contribuye a la salud mental? No sólo por los ingredientes que incluye, sino también por el estilo de vida y la convivencia en la mesa que se asocian a ella.

Pero entonces, ¿cómo combinar la alimentación con nuestra salud mental?

Además de los cambios de humor, durante mucho tiempo el impacto de la alimentación en la salud mental se consideró esencialmente como la consecuencia del desequilibrio de ciertos nutrientes en el organismo, es decir, de su ausencia. Sin embargo, el vínculo entre las carencias o los excesos nutricionales (como el consumo de azúcar, sal, conservantes, grasas) y la salud va mucho más allá de las posibles enfermedades cardiovasculares, oncológicas, la obesidad o la diabetes.

La salud mental también se ve directamente afectada por estos desequilibrios, que pueden conducir a una mayor susceptibilidad a la depresión, la ansiedad o los déficits cognitivos. Esto se nota tanto en poblaciones con dificultades para acceder a una dieta sana, como en personas que eligen a diario alimentos procesados, snacks y bebidas menos saludables.

Más que la cantidad de ciertos alimentos, es a través de la variedad de comidas que podemos asegurar una dieta saludable, con efectos sobre el cuerpo y la mente. El objetivo es asegurar, además de los niveles nutricionales, la estabilidad de la microbiota intestinal -las bacterias y otros microorganismos que viven en nuestro sistema digestivo- para potenciar la correcta producción de neurotransmisores y neuroprotectores.

Por otro lado, nuestro estilo de vida, la existencia o no de enfermedades, o la posibilidad de que influyan factores genéticos o hereditarios, pueden llevarnos a elegir a diario determinados alimentos que no siempre son saludables. Un nutricionista o tu médico pueden ayudarte a definir un plan de alimentación correcto. Y no se trata sólo de preparar y consumir alimentos; cocinar, solo o acompañado, y socializar durante las comidas, en casa o en un lugar público, también contribuyen a garantizar una buena salud mental.

Descubra el efecto de algunos alimentos en la salud cerebral:

Los ácidos grasos presentes en el aceite de oliva y el pescado rico en omega-3 favorecen el funcionamiento de las neuronas, mejoran el rendimiento cognitivo y refuerzan el sistema inmunitario.

Los aminoácidos presentes en las proteínas aceleran la producción de serotonina y melatonina, reduciendo el estrés e influyendo positivamente en la calidad del sueño.

Los hidratos de carbono simples, como los azúcares refinados, pueden afectar a la memoria. Los hidratos de carbono complejos, como la fibra y los cereales integrales, tienen efectos antiinflamatorios.

Las vitaminas preservan la memoria (vitamina B), previenen las enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes (vitamina D) y tienen poder antioxidante (vitamina E).

Los minerales tienen efectos sobre el estrés, el mantenimiento de las neuronas y los ciclos del sueño.

Las bayas, los frutos secos, las verduras de hoja verde y los cereales integrales tienen polifenoles que retrasan el deterioro cognitivo. Las verduras de la familia de la col son antiinflamatorias y antioxidantes.

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