Según Notícias ao Minuto, las conclusiones proceden de un estudio de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, que explora la relación entre las partículas ultrafinas emitidas por los aviones y la salud de las personas que viven cerca de los 32 aeropuertos más transitados de Europa.
"El estudio sugiere que miles de casos de hipertensión, diabetes y demencia, en Lisboa y otras ciudades de Europa, pueden estar relacionados con estas diminutas partículas emitidas por los aviones, siendo Lisboa, con diferencia, la ciudad con más personas que viven, trabajan y estudian en las proximidades del aeropuerto", afirma la asociación ecologista Zero , en un comunicado.
En el caso de la capital portuguesa, unas 414 mil personas (alrededor del 4% de la población portuguesa) viven en un radio de cinco kilómetros del aeropuerto Humberto Delgado y, por tanto, "están particularmente expuestas y afectadas por las partículas ultrafinas".
Los datos apuntan a un 20% de riesgo de demencia, un 12% de diabetes y un 7% de hipertensión arterial. Según Zero, el "resumen de la evidencia científica" para estimar el impacto en la salud se hizo a partir de los datos del aeropuerto de Schiphol, en Amsterdam, capital de Holanda.
"Estas partículas quedan suspendidas en el aire por los aviones, se dispersan ampliamente en la atmósfera, tienen un diámetro mil veces menor que un cabello humano y son invisibles. Cuando se inhalan, pasan fácilmente a través de los pulmones al torrente sanguíneo y se extienden por todo el cuerpo, lo que puede causar graves problemas de salud a largo plazo, incluidos problemas respiratorios, cardiovasculares, neurológicos, endocrinos y gestacionales", advierte Zero.
Según el estudio, se calcula que las partículas ultrafinas resultantes de la actividad del aeropuerto de Lisboa podrían ser la causa de 17.859 casos de hipertensión, 21.485 de diabetes y 2.121 de demencia entre la población de la ciudad y sus alrededores. Estas cifras representan hasta el 10% de la población que vive en un radio de cinco kilómetros alrededor del aeropuerto de Lisboa.
"El estudio que ahora se publica complementa el de 2019 de la Universidade Nova de Lisboa, que demuestra de forma inequívoca que la concentración de partículas ultrafinas en algunas zonas de Lisboa aumenta en función de su exposición a la influencia del aeropuerto y al movimiento de los aviones. Dada la proximidad del aeropuerto al centro de la ciudad, los efectos de las partículas se extienden a zonas significativas", destaca Zero.
Las zonas más afectadas se encuentran en las proximidades del aeropuerto, concretamente Alvalade, Campo Grande y Cidade Universitária, donde se encuentran el Hospital de Santa Maria, universidades, escuelas y guarderías, y bajo la ruta de aproximación y despegue de los aviones, como Avenidas Novas, Bairro do Rego, Amoreiras y Campolide. "Se trata de una situación que no se parece a la de ningún otro aeropuerto europeo, desastrosa para la salud de los ciudadanos de Lisboa que viven y hacen su vida en estas zonas, agravando las enfermedades causadas por el ruido excesivo", advierte la asociación.
En total, teniendo en cuenta los aeropuertos considerados, la exposición a partículas ultrafinas puede estar asociada a 280.000 casos de hipertensión, 330.000 de diabetes y 18.000 de demencia. "A día de hoy, no existe ninguna regulación sobre los niveles seguros de partículas ultrafinas en el aire, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hace más de 15 años de que se trata de un contaminante preocupante", lamenta Zerón.
En este sentido, para reducir el impacto de las partículas ultrafinas en la salud, Zero aboga por no ampliar la capacidad del aeropuerto Humberto Delgado y cerrarlo "lo antes posible", así como por promover el uso de combustibles sostenibles. "Las evidencias también muestran que los trabajadores del aeropuerto, en particular los que trabajan en la pista, son los que están más expuestos a los efectos de las partículas ultrafinas, por lo que se deben crear medidas específicas para proteger su salud", argumentan.